El Museo del Prado acoge eventualmente en su colección una de las primeras obras de El Greco al llegar a España: El Expolio de Cristo
El Expolio de Cristo fue una de los primeras obras realizadas por el pintor cretense en España nada más llegar de Italia y se expone ya en la sala 9 B de la pinacoteca madrileña, tras un largo proceso de restauración del taller del Museo del Prado, que ha apoyado la Fundación Iberdrola.
Desde el 28 de octubre y hasta su regreso a la sacristía de la Catedral de Toledo para participar de los actos conmemorativos del IV centenario de la muerte de Domenikos Theotokopoulos (Greco 2014) podremos admirar esta obra junto con otras de carácter religioso como La Trinidad, también encargada a su llegada a la ciudad Imperial, capital religiosa de España en el siglo XVI.
El Expolio, que fue realizada para el sagrario de la Catedral de Toledo, ilustra el momento en que Jesucristo, tras su ascenso al Monte Calvario, es despojado de su túnica antes de ser clavado en la cruz. Estamos ante una composición de gran complejidad, basada en fuentes muy diversas, como venecianas o bizantinas, y en la que el espacio se compacta para transmitir al espectador el acoso físico y moral que padece el protagonista. La intensa expresividad de las cabezas, concebidas con un completo repertorio de soluciones pictóricas, exhibe ya la maestría artística alcanzada por El Greco en torno a 1577 – 1579.
Su óptimo estado de conservación ha propiciado que la labor de Rafael Alonso, restaurador del Museo del Prado, haya consistido, básicamente, en la reintegración y consolidación cromática de levantamientos y pequeñas pérdidas en el borde inferior y la realización de una limpieza que ha recuperado el equilibrio de las luces y las sombras mejorando las relaciones espaciales y cromáticas y, con ello, la visión global del cuadro.
- El Expolio de Cristo © Museo del Prado
- El Expolio de Cristo (detalle) © Museo del Prado
- El Expolio de Cristo (detalle) © Museo del Prado
- El Expolio de Cristo (detalle de firma) © Museo del Prado
Junto a El Expolio se pueden contemplar la reflectografía infrarroja y la radiografía de la pintura, técnicas de estudio que, por primera vez aplicadas a esta obra, permiten comprobar que el pintor no realizó cambios sustanciales en la composición inicial lo que indica que El Greco concibió una idea general que fue minuciosamente trabajada desde su concepción.
La reflectografía infrarroja revela cómo la construcción de la pintura se llevó a cabo a partir de una mancha o esbozo general realizado con pincel y con pigmentos muy diluidos que luego fueron concretándose a través de toques más precisos y decisivos. Toques que modelan la cabeza de Cristo con delicadas pinceladas entrecruzadas mientras que las de los personajes del fondo quedan prácticamente esbozadas, explícitamente difuminadas o sugeridas mediante atrevidos golpes de color. Las pequeñas superposiciones y rectificaciones que se detectan son propias de una composición de grandes dimensiones. La radiografía muestra que El Greco trabajó sobre una tela cuyos hilos dibujan formas romboides, un tipo de lienzo denominado mantelillo muy utilizado en la pintura veneciana, y únicamente constata algunas rectificaciones en torno a la figura de Cristo y en el madero que manipula el carpintero.
Lugar: Museo del Prado, Edificio Villanueva Sala 9B, calle Ruiz de Alarcón, 23, Madrid
Fechas: Desde 28 de octubre de 2013 hasta principios de 2014
Precio: Entrada general 14€, reducida 7€ (ver condiciones de gratuidad y reducción)
Horario: De lunes a sábado de 10 a 20h, domingos y festivos de 10 a 19h.