El actor Bruno Lastra, recrea a Al Fantástico: Francis HardyEl curandero de Brian Friel, dirigida por Juan Pastor ©Susana Martín
Por Luis Muñoz Díez
El curandero, de Brian Friel, traducción por Manuel Benito, y puesto en escena por Juan Pastor, ha vuelto por unos días a la cartelera madrileña. Se trata de un montaje, que ha dado muchas satisfacciones a Compañía Guindalera.
El personaje que da título a la obra dice contar con el don de curar. Iba de pueblo en pueblo, realizando su trabajo en los locales más precarios, y se anunciaba como El Fantástico: Francis Hardy «El curandero» Solo por esta noche, viajaba acompañado por su esposa Grace y su representante Teddy.
Brian Friel, en su texto no busca demostrar nada de lo que verbalizan sus personajes, muy al contrario. Se ocupa únicamente de exponer la diferente percepción de tres personas que han vivido la misma historia: Francis Hardy el curandero, Grace su mujer, y Teddy su representante.
El autor estructura la pieza en tres monólogos y un epílogo. El primero en contarnos su perfección de la historia es Francis Hardy, después lo hará Grace su esposa, y por último quizá, el testigo más imparcial, Teddy el representante, aunque por lo que dice está más involucrado emocionalmente de lo que parece.
En El curandero de Brian Friel. El autor nos deja claro que los hechos en la vida real, no tiene valor dramático en sí. Perteneciendo únicamente al mundo emocional, hasta que se le narra a un receptor, con la poca garantía que ofrece lo caprichoso del recuerdo, y la imposibilidad de captar un hecho en toda su dimensión, al incidir en la percepción creencias preconcebidas, y afectos que se frustran, que focalizan la mirada en lo que ya, de entrada, nos inquieta.
Descontando que el recuerdo juega con la ventaja de que conoce el final, a diferencia de cuando actuamos, que vamos improvisando en este presente continuo que la existencia, sin mucha reflexión. Hasta el valor del psicoanálisis hace aguas, según se recrea una y otra vez un mismo hecho.
En El curandero de Brian Friel, necesitaremos las tres voces, e incluso el epilogo, para completar la historia, dado que el autor juega con el público para no ponérselo fácil, dejando en el aire si Francis Hardy poseía don alguno, o únicamente el de la persuasión.
Por él sabremos porque le pesa, a veces, tanto Grace su esposa, desde que vio en sus ojos, los de la madre de su mujer. Conoceremos por boca de Grace, porque se aferra a la quimera de Francis, porque si su presente le hace temblar, su pasado le paraliza.
A través de Teddy, no solo conoceremos los aspectos más trágicos de la historia, por el representante de perros que tocan la gaita, y mujeres que hablan y adiestran palomas, por su divertido y bien documentado parlamento, conoceremos una realidad vigente «siempre», y en este momento por la cotidianidad de la imagen en nuestra vida es mas evidente.
El personal es tan receptivo al éxito, y sobre todo a quien le tiene sea con merito o sin él, que sigue al pie de la letra todo lo que dice, hace y sobre todo compara. Teddy con su ingenioso discurso poniendo los ejemplos más extravagantes en un parlamento, que el actor Felipe Andrés borda, nos avisa que los héroes no existen, incluso a quien se le reconoce cómo elegido, dotado por un don, no lo disfrutan más que para algo muy concreto, para lo demás torpes mortales.
El finísimo humor del autor traspasa el drama, en una obra que cuenta sin usura las miserias de una existencia. En una detallada crónica de la gira, y de la desazonadora relación de la pareja a través del dibujo de los tres monólogos, que son un torrente de ideas, que dejan en el aire curandero, esposa y representante, convocan el sentimiento, la sonrisa y directamente la risa.
La función que rescata Compañía Guindalera únicamente para cinco funciones en los Teatros del Canal. Es un trabajo prolijo, como una cubertería bien diseñada, y cada pieza cumple con su función con rigurosa eficacia: El espacio escénico y la dirección son de Juan Pastor, el excelente diseño de iluminación y coordinación técnica de José Espigares, y el cuidado vestuario y ambientación de Teresa Valentín-Gamazo.
El trabajo de los actores Bruno Lastra, María Pastor y Felipe Andrés por resistencia y matiz, es un puro encaje de bolillos. No sería justo destacar un trabajo sobre otro, porque cuentan con un dominio de voz, cuerpo y gesto, impecables.
El curandero estará del 24 al 28 de marzo de 2021 en La Sala Negra de los Teatros del Canal -Madrid-, más información de fechas, horarios y compra de entradas pinchando aquí.
Texto: Brian Friel Traducción: Manuel Benito Espacio escénico y dirección: Juan Pastor Reparto: Bruno Lastra, María Pastor y Felipe Andrés Diseño de iluminación y coordinación técnica José Espigares Vestuario y ambientación Teresa Valentín-Gamazo Diseño de cartel: María de Alba Fotografía y vídeo Susana Martín Producción ejecutiva: Mariano Rochman (Doble Sentido Producciones) Commpañía Guindalera.