En la imagen los actores Nuria Mencía, Ascen López y Pepe Sevilla, en una escena de El Cuaderno de Pitágoras, escrita y dirigida por Carolina África. Fotografía ©Luz Soria
Por Luis Muñoz Díez
Carolina África es una dramaturga con un oído y una sensibilidad extraordinaria para captar diferentes lenguajes, unida a una capacidad pasmosa para plasmar lo oído y sentido, materializándolo en las diferentes voces de sus personajes.
Vuelve a ponerlo de manifiesto con El cuaderno de Pitágoras, en él, dibuja con trazo firme un mosaico de personajes, que se les oye, se les ve, y se les huele, en este caso elige como escenario la cárcel, donde impartió un curso de teatro, y donde la autora se dio cuenta -según sus palabras- de que hay más cosas que nos unen con todo el genero humano, que nos separan, y yo añado que, como podemos llegar a pensar en algún espejismo de elitista superioridad.
Clemente -Emmanuel Cea- y Pedro -Jorge Mayor-, la marginalidad en estado puro que tanto miedo produce. El Cuaderno de Pitágoras, escrita y dirigida por Carolina África ©Luz Soria
Lo que proporciona enjundia a un texto, no suele ser los hechos narrados en sí, porque la mayoría de las historias están ya escritas. La autora elige una prisión, un escenario repetido en tantos argumentos, donde se cierran bajo llave, marginación, adiciones y toneladas de frustración, pero su sensibilidad a la hora de abordar el tema es lo que hace que la obra sea imprescindible, mientras existan creadoras como Carolina África, aún está todo por contar, y el teatro siguen vivos.
La galería de personajes es extensa hasta llegar a dieciocho, unos más cortos, otros más largos, pero todos imprescindibles para que al público le llegue el mensaje íntegro, de los dieciocho personajes se hacen cargo nueve actores: Manolo Caro, Emmanuel Cea, Gledys Ibarra, Helena Lanza, Ascen López, Jorge Mayor, Nuria Mencía, Pepe Sevilla y Victoria Teijeiro, dirigidos por la autora, de manera naturalista y con un ritmo imparable, que no permite tregua al espectador.
Vivimos momentos de agitación en que es necesaria la reivindicación de causas tan importantes como justas, y esa necesidad se ve reflejada en los escenarios.
La reivindicación es una necesidad que no puede ser imparcial, si la demanda es dolosa, pero esa necesidad imperiosa de denuncia pasa por alto el matiz, por lo que una obra como El cuaderno de Pitágoras es una pieza tan valiosa por su vigencia atemporal, escrita por una autora de gran madurez creativa que ha girado ya, la esquina del andinista en que se obra convencido de que se puede dar la vuelta a la tortilla, por el mero hecho de nombrar la injusticia. Olvidando que, aunque seamos conscientes de que vivimos en una sociedad con unos valores caducos y en picado, para enmarañar este tejido social se ha tardado siglos, y deshacer semejante enredo, será un trabajo complejo.
Angélica -Gledys Ibarra-, un rayo de luz entre rejas para Paqui -Nuria Mencía- en El Cuaderno de Pitágoras, escrita y dirigida por Carolina África ©Luz Soria
Carolina África deja hablar con libertad a sus personajes, mostrándoles tal y como son, construyendo unas escenas hondas, hilarantes, y de gran ternura, como fiel reflejo de la realidad, en que nadie es bueno o malo a jornada completa.
Hace tabla rasa, para presentar la relación de amistad luminosa entre Angélica una presa colombiana –Gledys Ibarra– con Paqui, una yonki embarazada –Nuria Mencía-. Como la hace cuando muestra la especial familia que forman la yonki, ya limpia y madre –Nuria Mencía-, la voluntaria –Ascen López– y el niño Luis Miguel –Pepe Sevilla-.
El otro rayo de luz para Paqui -Nuria Mencía-, es Vicenta -Ascen López- que formará su peculiar familia con Luis Miguel -Pepe Sevilla- en Cuaderno de Pitágoras, escrita y dirigida por Carolina África ©Luz Soria
Otro cuadro familiar redondo es el formado por Miguel el Furia –Manolo Caro-, que lleva más tiempo en la cárcel que años tienen su hijo Luis Miguel –Pepe Sevilla-, un adolescente que no quiere que vuelva a casa con el tercer grado, incluso manifiesta que le daría menos vergüenza decir que esta muerto que le conozcan, ante la mediación entre uno y otro de la madre –Nuria Mencía– El hijo de ambos está tan vinculado a la cárcel desde antes de su nacimiento, que lleva el nombre de Miguel por Furia su padre, y el de Luis por el funcionario de prisiones –Victoria Teijeiro–, que le facilitó ir a conocerlo cuando nació.
El actor Manolo Caro que, es Furia o Miguel padre de Luis Miguel -Pepe Sevilla- El Cuaderno de Pitágoras, escrita y dirigida por Carolina África ©Luz Soria
O la clase hilarante de teatro, para que reconozcan el arco de sus emociones, de la alegría a la ira pasando por el asco mientras fingen cocinar una tortilla, donde los presos se muestran con la pureza de unos infantes. En la hilarante practica actoral participan Clemente –Emmanuel Cea– y Pedro –Jorge Mayor-, con Furia –Manolo Caro-, como espectador muy activo, al final del ejercicio en que todos han reído con ganas, la profesora de teatro –Helena Lanza-, recibe un reconocimiento entrañable de un preso –Pepe Sevilla-, con un escueto “…pero que ratito mas bueno”.
La clase de teatro de Pepe Sevilla, Emmanuel Cea y Manolo Caro, como presos Victoria Teijeiro. -La funcionaria- Helena -Lanza la voluntaria que da en curso de teatro- y Jorge otro preso ©Luz Soria
Otro ejemplo es la excursión de presas a Torremolinos, con un final de recreo liberador con baño de mar, en que participan: Emmanuel Cea, Gledys Ibarra, Helena Lanza, Ascen López, Jorge Mayor, Nuria Mencía, Pepe Sevilla y Victoria Teijeiro.
La escenografía, bien diseñada por Ikerne Giménez, facilita todos los espacios que la función precisa, iluminada por Sergio Torres, qué recrea con rigor esa luz artificial permanente, que ilumina todos los espacios de los centros penitenciarios. El espacio sonoro de Nacho Bilbao y Pilar Calvo, nos sitúa y subrraya la accción, o nos hace añorar «el sitio de mi recreo». La Vídeoescena de Davitxun y Néstor L. Arauzo, que por momentos nos sacan del encierro o recrea un recudo, especialmente bien resulto como es el accidente. El movimiento escénico corre a cargo de Elena López Niet, y cuenta con Juanma Romero, como ayudante de dirección.
En la imagen Emmanuel Cea y Victoria Teijeiro como policías persiguiendo a Jorge Mayor, colega de El Furia, en una escena que se completa con la Vídeoescena de Davitxun y Néstor L. Arauzo ©Luz Soria
Poco o nada más puedo añadir, porque El cuaderno de Pitágoras, es un retrato de la realidad, en sus diferentes precariedades, y una denuncia de la imposibilidad de remar contra corriente, con su velada moraleja. Únicamente nos puede redimir la comprensión de los otros, encarnada por Angélica, la reclusa colimbiana –Gledys Ibarra-, y Vicenta la voluntaria –Ascen López-, y por la educación, en este caso significadas con las clases de teatro, que proporcionan tanta evasión a los reclusos, les enseña a reconocer sus emociones, incluso ayuda a Furia –Manolo Caro-, en su función de padre de Luis Miguel –Pepe Sevilla–, que por el deseo infinito de su madre -Nuria Mencía- de complacer a todos, lleva el mismo nombre que el cantante de boleros.
En estos días se repone en la Sala Cuarta Pared, Otoño en Abril, el teatro de Carolina África se verá y se revisará, porque se va conformando con un suma y sigue de piezas de calidad.
El Cuaderno de Pitágoras, se estrenó el 18 de enero de 2022 en el Teatro Valle-Inclán | Sala Francisco Nieva del Centro Dramático Nacional, donde estará programada hasta el 20 de febrero de 2022, más información y compra de entradas AQUÍ.
Texto y dirección Carolina África Reparto Manolo Caro (Furia), Emmanuel Cea (Clemente/ Hombre 1/ Yonki), Gledys Ibarra (Angélica), Helena Lanza (Macarena/ Hija Guardia Civil muerto/ Hija de Vicenta), Ascen López (Vicenta/ Señora/ Presas), Jorge Mayor (Pedro/ Funcionario / Guardia Civil muerto), Nuria Mencía (Paqui), Pepe Sevilla (Luis Miguel) y Victoria Teijeiro (Luis/ Funcionaria/ Presa)
Escenografía Ikerne Giménez Iluminación Sergio Torres (AAI) Espacio sonoro Nacho Bilbao y Pilar Calvo Movimiento escénico Elena López Niet Vídeoescena Davitxun (AAI) y Néstor L. Arauzo Ayudante de dirección Juanma Romero
Ayudante de iluminación Gustavo Segovia Ayudante de vestuario Tania Tajadura Alumnas en prácticas Lucía Mira-Marceli (URJC) y Ana Torres (ESAD de Castilla) Fotografía Luz Soria Tráiler Bárbara Sánchez Palomero Diseño de cartel Equipo SOPA
Realizaciones Mambo Decorados (Escenografía), Sfumato Pintura escénica SL (Acabados), Taller Sol Curiel (Taller de arreglos y confección) y Maria Calderón (Taller de tinte y ambientación) Producción Centro Dramático Nacional
Texto creado en el VII Laboratorio de Escritura Teatral de Fundación SGAE 2018-2019