El circo de los horrores: Manicomio

El circo de los horrores: Manicomio

Montar un espectáculo que renuncia desde su mismo concepto a su público natural es algo que, sin duda, provocaría un infarto a los directivos de las cadenas de televisión falsamente llamadas “generalistas” (no lo son, rara vez satisfacen a un público letrado). Sin embargo, El circo de los horrores renuncia sin tapujos a la audiencia infantil y no por ello deja de encontrar a su público.

La carpa, instalada en el Port Vell de Barcelona hasta el 17 de noviembre, es completamente blanca excepto por una cruz de color rojo sangre que se ve desde el Paseo Colón. Ya en la misma cola, algunos actores disfrazados de dementes de sanatorio mental victoriano, asustan a los espectadores que esperan para entrar. Dentro del primer “chapiteau”, dos de estos locos con máscaras propias de una peli gore nos observan desafiantes encerrados en unas jaulas de cristal. En la carpa principal, todo recuerda a la segunda temporada de la serie American Horror Story (2012) de Ryan Murphy y Brad Falchuk. Las camas donde están atados algunos de los artistas que luego nos amenizarán la velada, las enfermeras (algunas sexis, otra no) los médicos… todo parece sacado de los episodios protagonizados por Jessica Lange. Presidiendo la pista, un bastante elaborado decorado que reproduce la entrada a un manicomio desde dentro, forillo de bosque incluido (es una lástima que durante el show no se le saque más partido). Los miembros de la compañía, progresivamente enloquecidos, corretean y asustan al público que espera sorprendido el inicio de las actuaciones.

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Manicomio: Circo de los Horrores. Barcelona

Los primeros en aparecer son la Troupe Ceban con el número “Acróbatas Enajenados Aéreos” donde los seis atletas que la componen saltan y brincan sobre enormes neumáticos que tienen la forma de esas almohadas de cuello que se compran en los aeropuertos para los vuelos largos. Sorprende la movilidad extrema de la troupe llevando entre las piernas unos ingenios tan enormes. Los artistas bielorrusos ejecutarán más tarde un estupendo número con un columpio gigante, menos original que el que abre el show, pero también bastante atractivo.

Luego aparece Jesús Silva, alma mater del espectáculo, ejerciendo de maestro de ceremonias con maquillaje de “Nosferatu”, y pronto comienza a marcar distancia con los jefes de pista al uso. Va de provocador y comienza a meterse con el público que ríe agradecido sus intervenciones antes de presentar uno de los números más sorprendentes de la velada: Graziella Galán “la sonámbula antipodista” que realizará un hermoso y poético ejercicio de acrobacia aérea sostenida únicamente de su pelo. El show, nunca mejor dicho, comienza a alzar el vuelo.

Andrey Averyuskin realiza acto seguido un número de malabarismo con pelotas rebotadas sobre una batería que sería mucho mejor si el sonido rítmico que hacen éstas fuera real y no play black. Con todo, la velocidad con que Averyuskin mueve las esferas hicieron pensar al que esto escribe si no estarían realmente generadas por ordenador…

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Manicomio: Circo de los Horrores. Barcelona

La agrupación moldava Crows, por su parte, propone el ejercicio más espectacular de la noche. Con una sincronía perfecta, giran sobre las barras agarrados de las manos, se cruzan sin chocarse en espectaculares saltos llegando incluso a girar uno sobre otro.

También bastante vistoso es el número sobre patines a cargo de Alexandre Emiliano y Nathalie Daubard, especialmente cuando la chica gira sobre sí misma sujetada únicamente por un arnés al cuello de su compañero que también está dando vueltas. E increíble el dúo de contorsionistas Essence. El espectáculo que hace años disfruté en el circo de Shanghai se basaba básicamente en artistas que doblaban el cuerpo más allá de lo físicamente posible pero al ser sus ejecutantes niñas menores de edad sorprendía menos la elasticidad de los huesos que en esta pareja de Ucrania, especialmente ella a la que parecen brotarle dos pechos extra debajo de los habituales cuando se dobla hacia atrás (en realidad son dos costillas)

Dicen los responsables de El circo de los horrores que en su show fusionan circo, teatro y cabaret. Y en los dos primeros de los componentes mencionados aciertan con sorprendente frescura pero pinchan en el último. Tienen sobre la pista elementos sensuales que podrían desarrollar más (recordemos que los niños no forman parte de su público objetivo) y no lo hacen. En su lugar, introducen interludios supuestamente cómicos que alargan innecesariamente la función.

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Manicomio: Circo de los Horrores. Barcelona

Aunque la primera intervención de Silva como “Nosferatu” es bastante ágil, su larguísima aparición como “Bitelchus” rompe el ritmo en la segunda parte. No sería demasiado grave si no fuera porque cuando el personaje de la película de Tim Burton hace su aparición ya hemos asistido a otro número extremadamente alargado de Raúl García y antes de salir del recinto aún nos queda el de Carolina Coria. No es que los dos actores lo hagan mal sino que su texto (o improvisación o ambas cosas) es extremadamente flojo, lleno de alusiones a programas y anuncios de televisión que chocan frontalmente con la atmósfera terrorífica conseguida en el recinto.

Eso sí, Jesús Silva acierta plenamente en su monólogo de despedida al borrar con un solo gesto la barrera entre locura y cordura. Un excelente final que apunta directamente al concepto de un espectáculo que no se merece perder, en ocasiones, el norte.

El circo de los horrores se puede ver en la carpa, instalada en el Port Vell de Barcelona hasta el 17 de noviembre.

Autor

Escritor y guionista profesional desde 1993. Ha trabajado en éxitos televisivos como COLEGIO MAYOR, MÉDICO DE FAMILIA, COMPAÑEROS, POLICÍAS EN EL CORAZÓN DE LA CALLE, SIMULADORES, SMS y así hasta sumar más de 300 guiones. Así mismo ha escrito los largometrajes de ficción NO DEBES ESTAR AQUÍ (2002) de Jacobo Rispa, y PROYECTO DOS (2008) de Guillermo Groizard. Ha dirigido y producido el documental TRES CAÍDAS / LOCO FIGHTERS (2006) presentado en los festivales de Sitges, DocumentaMadrid, Fantasia Montreal, Cancún y exhibido en la Casa de América de Madrid. Ganó el premio Ciudad de Irún de cuento en castellano en 1993 con LOS QUE COMEN SOPA, el mismo premio de novela en castellano en el año 2003 con MOMENTOS ROBADOS y el L´H Confidencial de novela negra en 2014 con LA CHICA QUE LLEVABA UNA PISTOLA EN EL TANGA publicada por Roca Editorial. Acaba de publicar en México su nueva novela VERANO DE KALASHNIKOVS (Harper Collins). Su nueva serie, MATADERO, este año en Antena 3 y Amazon Prime.

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