Hacer coincidir las fechas de un festival de documentales con el Primavera Sound, cuando apenas hace tres semanas que acabó un certamen hermano (el Documenta Madrid) y que éstas sean justo el momento elegido por el verano para empezar a pasearse por parques y playas de Barcelona no parece la mejor de las ideas. Pero con la de este año ya van tres ediciones desde que Docs Barcelona abandonó el invierno y, de paso, abrazó lo políticamente correcto en sus temáticas.
Las proyecciones del Docs Barcelona 2015 (las estupendas jornadas profesionales comenzaron el lunes) se inician el miércoles día 27 con La lista Falciani de Ben Lewis, película que cuenta la historia de la filtración en 2009 de 130.000 cuentas protegidas de HSBC y sus correspondientes repercusiones político-económicas. Una máster class sobre la investigación reflejada en el largo tendrá lugar en La Pedrera, el jueves 28 de mayo a las 18:00h y contará con la presencia de el productor Carles Brugueras y la productora ejecutiva Bettina Walter. Las proyecciones se prolongarán hasta el domingo 31 cuando una profesora de danza de 93 años nos cuente sus aventuras en Dancing with Maria de Ivan Gergolet.
En cualquier caso ahí va mi hoja de ruta con lo, a priori, más interesante.
Remake, Remix, Rip-off de Cem Kaya documenta la pasión de los turcos por hacer versiones apócrifas de éxitos de Hollywood de los años 80. Fragmentos de películas «inspiradas» en Superman, El Exorcista, ET o Star Wars protagonizadas y rodadas en el país eurasiático con presupuestos muy inferiores a los originales (y sin pagar derechos) prometen hacernos pasar 96 minutos de risas.
También aparece un Supermán de pacotilla en Life is sacred de Andreas Dalsgaard, aunque en esta ocasión el émulo de Christopher Reeve sea un exalcalde de Bogotá conocido por pasearse por la capital colombiana disfrazado de la creación de Jerry Siegel y Joe Shuster y con aspiraciones presidenciales.
Democrats de Camilla Nielsson narra el viaje por Zimbabue de dos miembros de partidos políticos opuestos con la finalidad de conocer de cerca los problemas de los habitantes de este maltratado país africano con miras a redactar una nueva constitución.
Otro viaje es también el protagonista de Monte adentro de Nicolás Macario Alonso. En esta ocasión los protagonistas son dos hermanos arrieros colombianos separados por la crisis de su oficio que viajan en mula a lo más alto de la cordillera de los Andes.
Hasta Afganistán para hacerse francotirador viajará el protagonista de Game over de Alba Sotorra, un joven español obsesionado desde pequeño por las armas. Y hasta su Yemen natal desde Edimburgo lo hará Sara Ishaq, directora de The mulberry house.
Los castores de Nicolás Molina y Antonio Luco cuenta la devastación que provocan en la Patagonia chilena las colonias de castores llevados décadas atrás hasta allí por unos empresarios de pieles.
Spartans de Nicolas Wadimoff se centra en la labor de reinserción a través de las artes marciales mixtas de un entrenador en el barrio más chungo de Marsella.
Virunga de Cem Kaya (nominado al Óscar este año) cuenta los esfuerzos de un cuidador de gorilas huérfanos, un ex-niño soldado y un ecologista belga por salvaguardar a los gorilas de montaña del congo de las milicias armadas y los cazadores furtivos. Estuvo nominada al Óscar este año.
La siempre interesante charla titulada 7 planos 7 donde un documentalista explica a través de siete secuencias los momentos más destacados de su filmografía (el viernes 27 a las 19:00 en La Pedrera) tendrá como protagonista a Signe Byrge Sørensen, productora de una de los documentales más moralmente deplorables que quien esto escribe ha visto en su vida: The act of killing de Joshua Oppenheimer (ver mi comentario al respecto en: https://revistatarantula.com/docs-barcelona-2013-3a-cronica-el-acto-de-premiar/) Sørensen presenta en este festival la secuela del trabajo que le dio fama mundial: The look of silence donde sus responsables enfrentan al superviviente de una masacre con los genocidas que la perpetraron y continúan en el poder en Indonesia.
Y no, este año no hay rastro de Victor Kossakovsky en la programación.