Me pide Gonzalo Muñoz Barallobre que escriba sobre Orejudo . ¿ Por qué ? Pues porque el día de España – Holanda estábamos en mi casa bebiendo cerveza, comiendo ganchitos de maíz , y me perdía mucho en las paranoias tácticas de Sergio Ramos y Piqué ; así pues me dirigí a la biblioteca y le dije : toma chaval, literatura discrepante. Fabulosas Narraciones por Historias. Aunque en un principio pensé que se la soplaba bastante , no ha de ser así cuando lo retenía guardado en la memoria. O eso , o rellenar huecos de Tarántula , cualquiera sabe las entretelas reales de estas plataformas culturales. Pero yo encantado, ya sabes. Todo tuyo. A ver, te cuento , este libro está hecho para dar por culo. Y ahora, vamos.
Como manera de reventar la literatura patria, es sublime, reventar reinventado , quiero decir que estamos un poco hasta los huevos de los poetitas que se toman tan en serio su mísera vida de acantilados y cuervos fatídicos y no saben reírse lo más mínimo de su propia tragedia plomiza ; eso sí , blowjob , perfecto. Entre juglares , cuando sea necesario ; la expresión algebraica de la lírica. Por si no me entienden, la globalización de la mamada.
Aunque el business de la literatura siga siendo el mismo : vendo muchos libros, hago columnas , también en el dominical , odio a los blogueros , nadie escribe bien , yo soy la hostia , y me hubiera gustado tener el culo de Lorca , aunque saqué su pluma , Benet , Martín Santos, y el resto sois putitas de la literatura de la democracia . Qué mierda. Y además me lo creo , hostia. Ninguna sombrilla de playa sin mi libro y la bolsa de pipas , ninguna , marujas , señores gordos de Murcia, leedme.
Pero vayamos a la novela.
Sí, es verdad. La portada es muy naif . No entiendo mucho esos seis payasos ingenuos en modo niños bien de colegio suizo haciendo el imbécil cuando deberían estar tomando copas, conspirando o de putas. Esta novela cayó en mis manos por recomendación de la tía buena ( cuyo nombre no recuerdo, la rubia) de la librería Antonio Machado , que tiene muy buen rollo, muy buena puntería y muy buen culo. Regalo de cumple , hace unos añitos. Le tenía ganas a Orejudo. De leerlo, claro, no de partirle las piernas. Y me ha sorprendido muy para bien. Más que nada porque en ese momento venía de un precedente tostón de Arundhati Roy, que ya me vale.
Buena. El leitmotiv : la audacia , el humor y tocar un poco los cojones. Valiente por el tema de desmitificar a los grandes como un suicida español que viene a contarnos que la literatura la inventó Cervantes y el resto son variantes de lo que se inventó el Manco de Lepanto. Y casi nada vale un real. Cumbres de Gredos, tetravino .
No como un golpe de efecto de daño por omisión, de exaltar a nuestro mayor estandarte literario de todos los tiempos y silenciar al resto, con sus derivaciones perniciosas. De ser así, la novela hubiera resultado obviamente un coñazo. Insufriblemente cervantina y lameculos.
Sí como un ataque frontal a aquellas agrupaciones intelectuales del Madrid de los años veinte, sin negligencia, con toda la voluntad y la carne en el asador. Le da toda la gracia del mundo. Currada , pero hijadeputa , e indolente , la novela.
Literatura de entrañas e higadillos. Pero de la buena. Me ha hecho recapacitar sobre el gran debate: los escritores que se exponen al Miura no venden tanto como los escritores que torean con el pico de la muleta y no dicen nada. Esa novela dice que el ser humano se degrada, que los españoles tienen muy mala hostia, y que Madrid siempre ha sido una ciudad humeante, y que tuvo una época con parranda de categoría; dice que todos los escritores son unos gilipollas y que Juan Ramón Jiménez era un insufrible comesopas, y Ortega y Gasset aparte de ser un sabiondo, se cepillaba a toda hembra de la alta burguesía y que Azorín era medio nazi como educador y maltrataba a su sobrino Martini, que Lorca era culón y paticorto, y un pedante, y un coñazo con el piano y el alma de Andalucía, y Unamuno, arrogante y ególatra. Si son personajes imaginarios, con nombres reales, lo juzgan ustedes, en caso de leerla. Deberían.
De igual manera es una novela gástrica (parece un cocido con mucha guindilla picante), pornográfica (Santos es un maníaco sexual fascinado por las maduras), irreverente (descaro con las vacas sagradas de la literatura de principios de siglo XX) y de gente bastante cerda y con pocos escrúpulos (o ninguno) que toma cócteles en el bar del Palace, pero es mucho más que una novela golfa. Vale, también hay novelas muy malditas y muy destroyer antisistema, sois todos unos hijos de puta, que no valen un carajo, pero esta sí. Porque sabe sacarle los colores al principio de siglo, y lo hace bien. Narrativa intensa, que no densa, diálogos vivos, que no insulsos, personajes imprevisibles, que no imposibles y todos esos añadidos de las novelas que agitan la marejada de sus sagaces letras. De ésas de querer pasar página, porque nunca se está demasiado bien en la precedente. Creo que no tiene un solo personaje digno. O en cualquier caso, tiene personajes que van evolucionando hasta la plena putrefacción interior. Eso no quita que sea un novelón. Para mí, vitalicia. He dicho.
Sí, es necesidad esta literatura. Bendito sea el mal pues, cuando hace tanto bien.
Antonio, lo tienes fatal para superar eso de » uno es lo mejor que ha hecho » , aunque la verdad, tampoco se te ver para morirte en el próximos quince años. Dame veneno.