En la imagen Ana Rayo, intérprete y autora de Despierta, dirigida por Natalia Menéndez Foto Jesús Ugalde
Por Luis Muñoz Díez
Despierta, en principio es un monólogo escrito e interpretado por Ana Rayo, y puesto en escena por Natalia Menéndez, pero casi al iniciarse la función sabremos que no es un monólogo. Con un recurso casi de física cuántica -en manos de la iluminación de Juanjo Llorente-, y un lenguaje cifrado. Despierta, es la conversación de una hija con su madre que, unido a que el texto, interpretación y dirección estimulan un retablo de sensaciones que reconocemos como propias y vividas, la representación consigue de alguna manera, una sintonía participativa con el espectador.
Una mujer denunciando en primera persona, las consecuencias vividas por ser mujer, puede generar reparo por el riesgo de que la pieza teatral roce por momentos el mitin, y el bosque de la injusticia general ahogue las vivencias del personaje.
Ana Rayo bajo la dirección de Natalia Menéndez, transitando por el espacio escénico funcional y primoroso creado por Alfonso Barajas -que sirve de cuna, camino y atalaya para Ana-, revestida con acierto por Lorenzo Caprile -cada penda es referente de un momento, y ubica una época-, logra abanicarnos cualquier prejuicio de ver algo ya visto, la puesta en escena y la interpretación son vida en estado puro.
En la imagen Ana Rayo, intérprete y autora de Despierta, dirigida por Natalia Menéndez Foto Jesús Ugalde
La barroca historia de esta mujer rebelde con causa, contada sin asistir a una función, se podría pensar que hay demasiados hechos adversos en su biografía, -como ocurre, a veces en los guiones de Almodovar-, pero la vitalidad del espectáculo, aspergea como un relámpago cada nueva aportación, logrando mantener iluminada la crónica vital de esta mujer, durante toda la representación.
En el trabajo de la directora y de la actriz no hay fisura. Eso se nota cuando has de pensar donde acaba una labor y dónde comienza la otra. El montaje se recibe como un todo, que colorea y enciende sentimientos.
Despierta es un trabajo de trinchera, por lo que cae en algún maniqueísmo, aunque la opinión de un personaje no ha de ser norma, ni se decreta como ley alguna, dado que es la descripción de una vivencia particular, y ha de contarse desde su propia vivencia, pero no voy a incidir en esos pequeños detalles, que en nada perjudican al discurso, porque el día que asistí a la representación de Despierta, los comentarios de una pareja conformada por una mujer y un hombre, sentados en la fila de delante, revalorizaban la pieza y su montaje. Se siguen normalizando las manifestaciones de un machismo tramontano, que se pronuncian mano en pecho, asistidos de su razón, y sin pudor de que se les escuche, siendo celebrados y puntualizados, por quien los escucha. Y eso sí que es maniqueísmo en grado de alerta roja.
Enhorabuena a todos los que han hecho posible Despiera, que como reconoce Ana Rayo al final de la representación, esta es mi historia, redimiendo de generalidades y cediendo el testigo al público para que cuente la suya, lo creamos, o no, aún está todo por decir y por hacer.

En la imagen Ana Rayo, intérprete y autora de Despierta, dirigida por Natalia Menéndez Foto Jesús Ugalde
Despierta estará hasta el 31 de octubre 2021 en el Teatro Español / Sala Margarita Xirgu -Madrid-, mas información de horarios y compra de entradas AQUÍ.
Dramaturgia: Ana Rayo Dirección: Natalia Menéndez Elenco: Ana Rayo Voces en off: Alma Baeza Ortega, Ana Rayo, Benito Sagredo, Juan Margallo, Merlín Baeza Ortega, Óscar Martínez-Gil, Petra Martínez y Pili Margallo
Diseño de escenografía: Alfonso Barajas Diseño de Iluminación: Juanjo Llorens Diseño de Vestuario: Lorenzo Caprile Composición musical: Mariano Marín Coreografía: Mónica Runde Ayudante de dirección: Pilar Valenciano Residencia de ayudantía de dirección del Teatro Español: Marlene Michaelis Producción ejecutiva: Barco Pirata Una producción de Teatro Español y Barco Pirata.