Despedida al revés

Despedida al revés

Si no hubiera tenido uno de esos despistes míos, la cosa habría sido más grave pero por fortuna aquella mañana acudí a nuestra cita con el chaleco mal puesto: la parte de la espalda delante y la parte de la pechera atrás. Con estas pintas estuve esperándote en la puerta de la Facultad de Filología hasta que me convencí de que no ibas a aparecer.

Lo reconozco, aquella mañana casi pierdo el corazón. Estuviste a punto de rompérmelo pero, como he dicho, me puse el chaleco al revés y ese acto tan absurdamente mío terminó por salvarme la vida. Tampoco quiero que pienses que es fácil vivir con la espalda rota: los ojos pierden sus raíces, las ideas se quedan sin pétalos y de pronto te encuentras durante semanas arrastrándote dentro de tu propia piel.

Luego un día, el que menos te esperas, las cosas mejoran. Entonces te vuelven las ganas de todo y el miedo empieza a evaporarse. Ahora ni siquiera temo encontrarme contigo. Y es que desde hoy pienso ponerme siempre el chaleco al revés. Porque, de esta manera, cada vez que me acerque a ti, me estaré alejando sin que lo notes.

Autor

(Sevilla, 1980) Escribo poemas y microrrelatos. Algunos de mis textos han sido ganadores o finalistas de concursos y han sido publicados en antologías. Fui una de las ganadoras del III Día Internacional de la poesía en Segovia 2012 y ganadora mensual del III Certamen de Microrrelatos ENTC 2013. Estudié Turismo y trabajo en un hotel de mi ciudad.

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