La intenciones de la directora Sonia Sebastián con De chica en chica son buenas, aunque los resultado estén muy por debajo de sus honestos propósitos. La película, ópera prima de su realizadora en la pantalla grande, toma la forma de una comedia de enredo a la vieja usanza para mostrarnos los líos amorosos de un grupo de personajes, donde abundan las lesbianas y los gays, y abordar el asunto de las denominadas nuevas familias, aquellas que escapan al modelo tradicional que conformaban un hombre, una mujer y los hijos. Lástima que la realizadora y sus guionistas incurran en los peores tics de las comedias de situación de la televisión. Se nota quizá excesivamente que la cinta está basada en una serie de Internet, la popular Chica busca a chica.
Sebastián abusa del humor fácil y cae desgraciadamente en bastantes tópicos acerca de los gays y las lesbianas, un error garrafal si se pretende ofrecer un producto que huya de los lugares comunes respecto al colectivo LGTB. Resulta especialmente lamentable que dibuje a uno de los personajes que sale del armario reúna casi todos los tics del homosexual con pluma. Tampoco ayuda a este respecto que Adrián Lastra se encargue de interpretarlo de una manera bastante gesticulante. El filme también pasa de puntillas por uno de los interesantes asuntos que plantea: los problemas que surgen en estos nuevos clanes que rompen con la tradición, pero que en el fondo todavía no acaban de ser asumidos por la sociedad. El filme se contenta con dar una solución un tanto simple y poco convincente al asunto de la paternidad en las familias donde dos mujeres son las progenitoras oficiales.

María Botto encarna a una editora que adelantó dinero a la incumplidora escritora a la que da vida Celia Freijeiro
Por otra parte, el hecho alrededor del que gira gran parte de la trama, la fiesta de la celebración de la primera menstruación de la hija de una de las protagonistas, provoca sonrojo de puro absurda. Igualmente ridículos parecen los enredos sentimentales en los que se ven envueltos los protagonistas y que parecen tener su origen en el pasado de la personaje principal, una lesbiana sexualmente promiscua que dejó en España a su pareja y sus amigas para marcharse a Estados Unidos. El filme desperdicia incluso el único personaje verdaderamente original: la militante del partido republicano de gustos sáficos y defensora de la familia a la que da vida una veterana Jane Badler, la actriz estadounidense que encarnara a la malísima extraterrestre Diana en la serie de televisión V.
En resumen, De chica en chica desaprovecha la oportunidad de brindar una comedia fresca sobre el colectivo LGTB y las nuevas familias para ofrecer una cinta convencional de formas televisivas, repleta de actuaciones histriónicas y adornada con salidas del armario, infidelidades entre personas del mismo sexo y paternidades ocultas.