El reggaetón nace del raggamuffin, un estilo musical que surge en Jamaica a mediados de los años 80 y que es a su vez el resultado de añadir instrumentación electrónica y samplers a las bases del reggae. El General fue el más exitoso de los artistas que cultivaron este subgénero (¿se acuerdan de aquella estrofa de una canción de Juan Perro que decía “… eres el rey del raggamuffin, te llaman El General”?) antes de que derivara hacia lo que hoy conocemos como reggaetón que hace los ritmos más repetitivos y distorsiona las voces.

Aunque no está claro si nació en República Dominicana, Panamá o Puerto Rico el reggaetón pronto tuvo una rápida expansión por toda Latinoamérica al tiempo que se le asociaba al perreo un paso de baile que dejaba a la otrora atrevida lambada a la altura de una sevillana bailada por jubilados de un centro social. Y con su popularidad llegó su denostación. El machismo de algunas de sus letras lo hizo rechazable para muchas de esas mentes siempre dispuestas a diluir con anécdotas las auténticas razones y reivindicaciones del feminismo.

“En el reggaeton fluyen las letras sexistas, acompañadas de mujeres-objeto y hombres “poderosos”; “es denigrante hacia la mujer ya que posee letras tales como: “agárrala, pégala, azótala”, “su ritmo es bailable pero la manera en la que se realiza es muy erótica y muchas veces induce a un sensualismo cargado de morbo”; “tiene malas letras, que por cierto son machistas”; “su ritmo enciende a los jóvenes, el baile les permite explorar sus cuerpos y las letras les hablan de sexo y desamor” son algunas de las frases con los que los detractores del género justifican su desprecio hacia éste.

Pero, a pesar de lo que a muchos les hubiera gustado, el reggaetón no solo ha demostrado no ser una moda pasajera sino que se ha convertido en el género urbano más popular en numerosos países latinoamericanos habiendo desplazado al rap (como decía Karelia Vázquez en un reciente artículo en El País Semanal) como expresión del descontento social de la juventud cubana.

Daddy Yankee es, sin duda, uno de los máximos exponentes de este estilo y un artista que, en lugar de alejarse de él según se sucedían los discos (como le ocurrió a Calle 13) ha ido ahondando en los ritmos que convirtieron su primer trabajo Barrio fino en el más vendido de la historia de la música latina urbana (¿quién no ha movido las caderas alguna vez con Gasolina?). Lejos de ser el One hit wonder que muchos pronosticaban, el boricua ha ido construyendo una carrera cuyo último eslabón es Rey Daddy lanzado exclusivamente en formato digital y que fue número en itunes el mismo día de su lanzamiento. Entre medias quedan álbumes como The Big Boss, Más grande que tú, El heredero, Bastardo: Gerry Capo, Mundial o Prestige.

Así contestaba en una entrevista Daddy Yankee a las acusaciones de machismo en su música: “Las mujeres de la nueva generación tienen una mentalidad muy diferente a la de nuestras madres y abuelas, que son más conservadoras […] la jerga que nosotros utilizamos muchas veces no quiere decir lo que es el verdadero significado de la palabra. Por ejemplo, cuando decimos ‘azótala’, no te vas a creer que le estás pegando a la mujer, la cuestión se traslada a la pista de baile y a unas palmadas sexys. La fanaticada del reggaeton entiende la jerga, pero quienes no forman parte de ella piensan que estamos utilizando la violencia contra la mujer” (“A fondo con Daddy Yankee”, entrevista realizada por Edward Orlando Rojas)

El cantante, compositor, bailarín, empresario del tequila (suya es la marca “El cartel”), productor cinematográfico y actor (la película por él protagonizada y producida Talento de barrio -2008- de José Iván Santiago es la más taquillera en la historia de Puerto Rico) está de gira por España presentando su nuevo show. De todas sus actuaciones en España (consultar fechas de la gira española aquí: http://www.ipauta.com/daddy-yankee-arranco-anoche-su-gira-europea-que-incluye-israel/) la de Barcelona es donde podremos disfrutar de su espectáculo a una distancia más íntima.

Artista multimediaEstará acompañado por La mafia del amor por El combo perfecto. Comprueben ustedes mismos el machismo o no de su propuesta.
Y mientras, bailen, por favor.




