D’A 2024: Los planetas de Isaki Lacuesta
Por NACHO CABANA
El peligro de las ficciones sobre bandas de rock o similares es que los conflictos entre personajes suelen ser siempre los mismos: egos, rivalidades, drogas, dinero, representantes… Lo que han hecho Fernando Navarro (coguionista) e Isaki Lacuesta (con Pol Rodríguez codirigiendo) en Segundo premio es agarrar, no la historia real de la banda granadina Los Planetas (teniendo en cuenta que la ceremonia de los Premios Goya acaba de abrirse con Mi gran noche, es acuciante que se hagan en España ficciones con grupos relevantes para los menores de 50) sino construir un relato a partir de los mitos que sus seguidores han ido construido sobre ellos. Algunos serán reales, otros no y la mayoría mitad y mitad.
Y, muy inteligentemente, para escapar del biopic al uso, Lacuesta y Rodríguez han decidido rodar su película cámara en mano y a base de primeros planos, huyendo de los modos y maneras en que se suelen planificar las actuaciones musicales en el audiovisual. Estamos, para entendernos, mucho más cerca del estilo visual de Entre dos aguas que de Bohemian Rhapsody. Imágenes que son acompañadas puntualmente por unas voces en off que se dirían provenientes de una hipotética entrevista futura que nunca se llega a ver en pantalla.
Porque, a la postre, lo que acaba conformado Segundo premio es un relato acerca de la amistad entre los dos principales miembros de Los Planetas con la presencia de la bajista que tocaba de espaldas al público en sus inicios sobrevolando todo el metraje pero sin usarla para provocar los conflictos habituales.
Un film lleno de túneles y pasajes que conectan camerinos y escenarios, calles y antros, personajes y canciones con algunas secuencias tan hermosas como la conversación en que Jota (un estupendo Daniel Ibáñez que podría interpretar a cualquier líder de grupo indie de finales del siglo XX al presente) le pide al confundador del grupo y amigo (un tal Cristalino, muy bien) que vaya a acompañarles a Nueva York donde están grabando Una semana en el motor de un autobús y al final ambos cuerpos conforman uno solo.
Déjenme apuntar cuánto es de celebrar que empecemos a ver castings (ocurre también en la excelente serie de los hermanos Sánchez-Cabezudo Nos vemos en otra vida) donde «los de siempre» no aparecen por esquina alguna.
Con una película intrínsecamente granadina (reveladora a este respecto la escena en la que dos personajes se pelean en segundo término mientras los inmutables parroquianos se toman sus cervezas en la barra), queda inaugurado la 14 edición de D’A que llenará la sala de los cines Aribau, CCCB, Zumzeig, Filmoteca de Catalunya y Casa Montjuic de películas que pondrán nuestras neuronas a bailar, por ejemplo, Segundo premio, canción con la que se abría el disco con cuyo lanzamiento concluye un film que amenaza con convertir las salas de cine en un karaoke indie a partir del próximo 24 de mayo.
Y si quieren saber más sobre Los Planetas, vean el docu La importancia de llamarse Ernesto y la gilipollez de llamarse Eric de César Martínez Herrada.