Fargo, una de las cintas más conocidas de los hermanos Joel y Ethan Coen, y Un plan sencillo, la notable y algo olvidada película de Sam Raimi, fijaron algunas claves del thriller rural ambientado en la América profunda. Un delito, unos criminales algo torpes, unas autoridades sorprendidas por un suceso que altera la tranquilidad del lugar, una localidad donde nunca pasa nada y una trama donde se conjugan los elementos de suspense con unos toques de humor negro se convirtieron en las señas de identidad del subégenero. Cut Bank, largometraje dirigido por el televisivo Matt Shakman, parece seguir fielmente las reglas no escritas de este tipo de filmes. No en vano, el realizador ha trabajó en dos capítulos de la adaptación televisiva de Fargo. Tampoco resulta baladí la aparición de Billy Bob Thornton, uno de los intérpretes principales de Un plan sencillo y actor habitual en los largometrajes de los Coen que trabajó con el cineasta en la versión para la pequeña pantalla del largometraje de la fraternal pareja.
La película nos traslada a la pequeña localidad de Montana que da título al filme. La tranquilidad del pueblo se verá alterada cuando alguien asesine al cartero del pueblo y un joven, que curiosamente se encontraba en el lugar del crimen con su novia, lo grabe con su videocámara. Evidentemente, como el lector ya supondrá, nada es lo que parece a primera vista. Shakman, que también asume las tareas de guionista, abusa de los tópicos y el lugar común para mostrar el paisanaje del lugar. Así nos encontramos con jóvenes que quieren salir de un lugar demasiado pequeño para ellos, sheriff desbordados por un caso que les supera, tontos de pueblo y delincuentes poco experimentados. Todo ello aliñado con unas gotitas de gótico americano que pueden recordar lejanamente a La matanza de Texas, clásico de Tobe Hooper.
No obstante, quizá el principal problema de la película es el poco nervio con el que está filmada. Todo parece más propio de un correcto telefilme que de un largometraje para la gran pantalla. No ayudan demasiado a elevar el nivel del conjunto las poco estimulantes actuaciones de Chris Hemsworth y Teresa Palmer, que dan vida a la pareja de tortolitos que son testigos del crimen, o la algo ridícula encarnación del loco del lugar que realiza Michael Stuhlbarg. Tampoco parece de recibo que el director desperdicie a un actor cómico de la talla de Oliver Platt, en el intrascendente papel de un empleado postal que investiga el asunto, y no saque todo el partido de la presencia del mencionado Billy Bob Thorton, que se tiene que conformar con el desdibujado rol del dueño de un taller mecánico que se verá envuelto accidentalmente en el caso. Por el contrario, se agradece que el realizador haya controlado al habitualmente sobreactuado John Malkovich, que aquí resulta convincente como el agente de la autoridad que investiga el caso, y logre que Bruce Dern brille como viejo cartero borrachín y pervertido.

Billy Bob Thornton da vida en Cut Bank al dueño de un taller que se ve envuelto en un extraño suceso
En resumidas cuentas, Cut Bank es un filme mediocre y escasamente original que se encuentra muy por debajo de los largometrajes de los hermanos Coen y Sam Raimi que le sirven como modelo.