Por NACHO CABANA
Si hay un sector que haya cumplido a rajatabla (y asumido todas las consecuencias derivadas de ello) los protocolos de seguridad tras el fin de las fases de confinamiento provocado por la maldita COVID-19 es el de los conciertos en directo.
En Barcelona, tanto el Fes Pedralbes como las Nits del Forum (Primavera sound) como el Cruïlla han luchado contra reloj para poder programar música en directo al aire libre en unas noches de verano en la que nadie se quiere quedar en su casa. Entradas numeradas y personalizadas, advertencia de cancelar el evento si los fans y/o la banda se desmadran, recintos varias veces mayores que el aforo convocado para garantizar la distancia de seguridad…
Gracias precisamente a todo esto (y a la actitud cívica de los asistentes a las actuaciones) se está consiguiendo no solo remediar en la medida de lo posible la cancelación de los grandes festivales de música sino también experimentar un nuevo formato de evento en el que nadie te pisa, nadie te obstaculiza la visión, nadie te molesta si le da por grabar (o retransmitir) con el teléfono móvil el concierto en vez de disfrutarlo.
El Cruilla XXS llevará al Camp Nou el próximo sábado 25 de julio a las 20:45 a León Benavente, una banda que probablemente nunca se planteó tocar en semejante recinto. Obviamente, no estamos hablando del planteamiento escénico característico de los conciertos en los grandes estadios de fútbol sino a algo mucho más cercano y único.
León Benavente (que no es el nombre de nadie, sino el de un tramo de la carretera que lleva de Madrid a Asturias) tiene dos ilustres antecedentes antes de convertirse en tal. Uno de ellos es la banda que durante años ha acompañado en sus conciertos a Nacho Vegas. Tanto Abraham Boba (seudónimo de David Cobas) como Luis Rodríguez tocaron y tocan los teclados y el bajo respectivamente en el grupo del autor de El hombre que casi conoció a Michi Panero. Pero además, Boba cuenta con cuatro discos en solitario (el más conocido, Los días desierto de 2011) más que interesantes, el último de los cuales (Podría haber sido peor) data de 2014 ubicándose, por tanto, entre los publicados hasta el momento por la banda que se completa con el batería César Verdú (Schwarz) y el bajista Edu Baos (Tachenko).
La música de León Benavente (una mezcla de rock y electrónica con toques dark) tiene más que ver con los trabajos de Boba en solitario que con la obra de Vegas aunque no se puede decir que nazca precisamente de ninguno de los dos. Si hay que encontrar un hilo que una al cantautor asturiano con el grupo que nos ocupa, hay que recurrir a las letras. O a algunas de ellas.
El último tema de La zona sucia (2011) de Nacho Vegas está dedicado al Mercado de Sonora, uno de esos lugares por los que merece la pena visitar la Ciudad de México. En ella, Vegas describe entre afiladas guitarras los productos relacionados con la brujería que en tan entrañable lugar se pueden comprar (Al mercado de Sonora no les conviene ir / A menos que quieran hacer alguna limpieza / de esas que no siempre salen bien / a menos que quieran volver de allá con un amarre / que no sabrían deshacer / o tal vez quieran rendirle culto a la santísima muerte / o sean de esos que acuden sólo para comprar / un busto de San Jesús Malverde) Y la canción que cierra Dos de León Benavente es Habitación 615 un ejemplo de autoficción musicalizada en el que Boba y su banda cuenta su viaje en avión al DF (Tras veinte horas de sol / vamos a aterrizar / Desde el cielo el D.F es descomunal / La gente aplaude las hazañas del piloto al posar/ semejante bicho en medio de la cuidad) y sus experiencias recorriendo la ciudad (El aire pesa como el plomo y nos cuesta respirar / lo notamos justo cuando salimos a fumar / Ahora nos lleva una van a la Colonia Roma / el conductor tiene tres hijos, su mujer está en coma).
O en La gran desilusión, los de Boba cantan: En las calles se notó un temblor / recibimos el desastre con una gran ovación / y en el aire algo nos hizo pensar / que los sistemas empezaban a fallar estrofas que enlazan directamente con las canciones más pro-Podemos de Vegas. Por ejemplo Cómo hacer crac: Y en la calle se hace un gran silencio / Pero si escuchas bien oirás un crac / En toda España solo suena un crac /En occidente solo se oye un crac.
Es de suponer que el grueso del repertorio que desgranarán el próximo sábado pertenecerá a su último album Vamos a volvernos locos donde se encuentran «instant classics» de la banda como Ayer salí, Dispara a los caballos o la preciosa Amo (Amo perderme contigo / Que sepas dar nombre a los vientos / Amo los huracanes cuando se llevan nuestros desencuentros / Déjame ser tu amuleto / Ser la sombra de tu perro / Usar esta frase para decirte lo que te quiero).
Todo un ejemplo el del Cruilla XXS en particular y de los promotores de conciertos en general del que deberían aprender empresas como RENFE, donde mantener los precios y el número de trenes de la segunda fase del estado de alarma asegura a la compañía llenar los vagones sin distancia de seguridad ni dispensadores de gel hidroalcohólico a un precio que duplica alguna de sus tarifas prepandemia.
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