Por NACHO CABANA
Ana Tijoux supuso el eslabón perfecto (que no perdido) entre el rap suavizado con melodías jazzísticas con que Kase.O cerró la primera de las jornadas del Cruïlla 2021, y el pop rock que protagonizaría el segundo día de actuaciones del más grande de los festivales de música que se van a celebrar este segundo verano pandémico en Europa.
La chilena que todo el mundo cree mexicana por la inclusión de su tema más conocido (1977) en el soundtrack de Breaking bad hibridó durante su actuación en el escenario más grande del Cruïlla 2021 las dos caras que le conocíamos de sus actuaciones anteriores en Barcelona. A saber, la de MC con la que participó en este mismo evento en 2016 (aunque ya sustituidos los samplers de sus inicios por instrumentos reales) y la más clásica con que visitó la sala Barts en 2018 donde dejó a un lado el rapeado para demostrar la buena voz que posee Tijoux interpretando temas clásicos del repertorio latinoamericano como Arriba quemando el sol de Violeta Parra que fue precisamente el tema muy oportunamente elegido para abrir su actuación en Cruïlla 2021.
La canción, también versionada recientemente por Nacho Vegas, dio paso a un repertorio que incluyo éxitos como Shock, Mi verdad o la misma 1977 llegando a su mejor momento con #cacerolazo. Eso sí, echamos en falta La bala, uno de sus temas emblemáticos.
Impresionante, por otro lado, la capacidad de Tijoux para defender en la misma frase nacionalismo e internacionalismo en un discurso que hubiera hecho las delicias de Residente o Amparo Sánchez.
La bala entre tanto suspendida fija
Bailaba una asesinato girando sobre si misma
Se perdió de vista la vida con su pista
Mientras un joven padece ante el deseo de conquista suelo
De rodilla su beso cambia lentamente del rojo al hielo.
Cada generación necesita de un grupo que les marque el camino que lleva a los Ramones. En los 80 fueron Los nikis; en los 90 Dr. Explosión y en estos locos años 20 son, sin duda, Carolina Durante, una banda que podría haberse quedado en un one hit wonder o en una banda de coña pero que ha sabido ir lanzando temas que no buscaban necesariamente hacer gracia, conformado de esta manera un repertorio todavía algo escaso pero que incluye melocotonazos como Perdona (ahora sí que sí), Famoso en tres calles, Las canciones de Juanita o El parque de las balas.
Han aprendido a tocar y, especialmente Diego Ibáñez, el cantante ha adquirido una seguridad escénica que le hace brincar sin parar por todo el escenario (bendita juventud) al tiempo que hace malabarismos con el micrófono. Lástima que lo similares que resultan buena parte de sus composiciones y que tengan que interpretar prácticamente todo su repertorio para llegar a una duración estándar, provoque que sus canciones menos inspiradas neutralicen en parte a las realmente estupendas.
Glorioso, por cierto, el cambio de letra que le han hecho a Cayetano:
Todos mis amigos se llaman Cayetano
Ahora votan a Vox, antes a Ciudadanos.
No tiene ningún problema para conformar su setlist Amaral. El dúo zaragozano lleva casi dos décadas componiendo temas que ya forman parte de la memoria colectiva como Marta, Sebas, Guille y los demás, El universo sobre mí o Sin ti no soy nada. Canciones que en su actuación en el Cruïlla 2021 dispersaron por su repertorio sin verse obligados a tocarlas al final de la actuación acabando en alto con Hacia lo salvaje, coronando unos bises con cambio de vestuario incluido que nos hizo pensar que comenzaba otro concierto distinto.
Añadamos a lo anterior que los temas de su último LP Salto al color no desmerecen de los clásicos y que todo se aúna sobre el escenario con una ejecución impecable de los temas (y por el mesiánico timbre de voz de Eva) para confirmar una vez más que la única manera que tiene un grupo de mantenerse en primera línea durante tantos años es seguir grabando buenas canciones.
Sentenció con un portazo.
No la vieron nunca más.
Cada golpe que le dieron
Era una cuenta atrás.
Y ahora corre hacia el bosque
Su fortaleza, su nuevo hogar.
Reencontrarse con La casa azul, con su indumentaria heredera de la de los Obreros Especializados, con su eurovisivo optimismo y con sus melodías limpias y saltarinas fueron la catarsis con que buena parte del público soñábamos durante los tiempos en que las calles estaban vacías, las pistas de hielo se había convertido en morgues y salir al balcón era la única alegría posible.
Acertaron lo de Guille Milkyway a darle cierta unidad de sentido a su concierto del Cruïlla 2021 empezando con El momento y acabando con Nadie pudo volar.
Era el momento de empezar a latir
Y de volver a crear
El momento de tener otra vida
Siente la fuerza, quiere elevarse más
Dédalo grita, no quiere perderle
Suplica que baje, implora que vuelva atrás
Quiere ser libre, cruzar la galaxia.
Todo un detalle, por cierto introducir un sampler de Rumore como homenaje a Raffaella Carrá al final de La revolución sexual.