Candela Peña y Pilar Castro, en “Contracciones” de Mike Bartlett, con dirección de Israel Solà. ©Jau Fornés
«El inclemente atropello que sufre Emma, directamente no se contempla como tal, en el protocolo de la empresa»
Por Luis Muñoz Díez
Contracciones, de Mike Bartlett, en versión de Jorge Kent, con dirección de Israel Solà, en principio se podría definir como una distopía, sobre la relación de control extremo que establecen las grandes compañías con sus empleados, pero no se trata de una distopía porque es algo que ocurre ya, y para mayor alienación con el consentimiento de los empleados, que viven en la creencia de que fuera de ese llamémosle “lugar”, no hay vida, porque esta se resume a un mayor poder adquisitivo, en una prestación a tiempo completo que les permite en el escaso tiempo libre, disfrutar de una tarjeta de crédito que les permite un capricho.
La dependencia de estas grandes empresas es adictiva, porque ofrecen todo lo que se puede comprar con dinero, y un pastoreo inclemente que les permite tener al empleado convencido, de que se está en el lugar perfecto para cumplir con todas tus metas.
La pieza dirigida con buen pulso por Israel Solà, cuenta con un espacio escénico único de Bibiana Puigdefàbregas que, con la acertada iluminación de Rodrigo Ortega, permite materializar el paso del tiempo, e incluso diría que temperatura dramática de cada situación, en que se llevan a cabo los encuentros entre la responsable de recursos humanos y Emma, la trabajadora.
En principio es la lucha de David y Goliad, pero en este caso a David, se le confunde con el lenguaje bien medido del protocolo de recursos humanos, que lo que en principio se escenifica como una descarga de lo que se le acusa con veladas palabras. Emma acaba dándose cuenta de que todo lo que dice con argumentos válidos para el común de los mortales, se vuelve en su contra.
A las actrices Candela Peña y Pilar Castro, se les permite poco movimiento como si estuvieran atornilladas a esa mesa de empresa, estrecha y larga que marca la distancia precisa entre ellas.
Sin duda la reflexión que plantea el texto, es lo mansamente que nos sometemos ante el poder. Un poder cierto, que te puede poner en la calle, sin permitirte atender los vencimientos de la tarjeta, con la que has pagado salidas y artículos, que te han convencido de que son los marcadores del éxito, y devolviéndote a la realidad de que no puedes pagar ni lo básico.
Pilar Castro representa al poder de guante de seda, y mano de hierro, que no mata ni con piedra ni palo, perfectamente adiestrada para no desviarse jamás de su objetivo, ni implicarse, encastillada en un físico angelicalmente encantador.
Candela Peña es una actriz extraordinariamente dotada para interpretar personajes al borde del precipicio. En este caso Emma lo está, pero su papel de acreedora en este caso pincha en hueso, por la ausencia de empatía, de la norma impenetrable, que representa Pilar Castro, lo que le significa que las diferencia de sus claves vitales no hablan el mismo idioma.
Emma normaliza el inclemente atropello que sufre, que directamente no se contempla como tal, en el protocolo de la empresa, y se adapta, porque le han convencido que fuera de las poderosas empresas, hace mucho frio.
Contracciones, se estreno el 26 de enero de 2023 en el Teatro Pavon -Madrid-, más información de fechas horarios y compra de entradas AQUÍ.
Dramaturgo: Mike Bartlett Versión: Jorge Kent Dirección: Israel Solà Intérpretes: Candela Peña y Pilar Castro
Diseño de Vestuario: Carmen17 Diseño de Escenografía: Bibiana Puigdefàbregas Diseño de Iluminación: Rodrigo Ortega Creación Musical: Guillem Rodríguez Ayte. dirección: Juanfran García Ayte. vestuario: Carmela Bautista Ayte. escenografía: Elisabet Rovira Jefa de Prensa: Nieves Peñuelas Diseño de Producción: Eva Paniagua Jefe de producción: Juanfran García Producción: Producciones Come y Calla, S.L.