Fallece Elias Querejeta, de alguna forma y en este caso sin caer en tópico alguno, con él se va una forma de hacer cine. A cada cual le toca un tiempo para vivir y Querejeta eligió ser productor en un tiempo en que el cine ocupaba un lugar muy importante en la vida cultural europea. Una Europa de cinco, acomomodada y burguesa que representaba el bien estar social y presumía con razón de gozar de libertatd. Lejos, lejísimos de la madrasta económica en que se ha convertido ahora. Elias Querejeta fue puente entre esa Europa añorada mientras en España agonizaba lentamente el régimen hasta acabar en una cama del madrileño hospital de la Paz. Elias Querejeta para la cultura cinematográfica española fue durante décadas un lujo y su sello «Elias Querejeta» casi el único invitado a los festivales de cine europeos donde se veía el cine serio. En ese Olympo se le trataba como un igual, se codeaba y compartía mesa con los mejores, y en sus maletas de vuelta venía con premios Cannes y osos de plata y oro o conchas de Oro.
No se puede entender la historia del cine español a partir del mismo día de 1963 en que crea su productora sin él, basta nombrar a Eceiza, Saura, Erice, Gutierrez Aragón, Chavarri, Armendariz, León de Aranóa o Marinez Lázaro para darse cuenta de su peso fundamental en la carrera de estos directores.
Es imposible resumir en unas líneas quién era Elias Querejeta, del que no se puede hablar en pasado perfecto porque ahí están La caza, El espíritu de la colmena, Tassio, Las plabras de Max o Familia y su hija Gracia en las salas ahora mismo con 15 años y un día. No es pequeño legado.
Es una lástima que muera alguien por el caracter único que tiene cada persona y porque con él se lleva partes irremplazables de los que le trataron, pero llevado al plano meramente profesional, y en este caso es dificil disociar el dúo Querejeta-Cine, el cine con el rigor que lo concebía Elias Querejeta, y las circunstancias que le permitian llevarlo a cabo hace tiempo que ya no era posible.
Excelente artículo, Luis, que comparto. Elías Querejeta no era un productor al uso que llegó al cine para forrarse, no era, para entendernos, un productor norteamericano que pone y quita al director de una película a su antojo. Querejeta sentía un enorme respeto por el creador y sus películas producidas siempre llevaban un marchamo de calidad. La suya es una pérdida irreparable para el cine español que tan necesitado está de personas como él. Realmente 2013 está siendo desolador para el arte cinematográfico español por las defunciones en cadena,