Con Delicuescente Eva, Javier Lara cierra su trilogía «Lo Propio», dirigida por Carlota Gaviño

Con Delicuescente Eva, Javier Lara cierra su trilogía «Lo Propio», dirigida por Carlota Gaviño

En la imagen los actores Javier LaraMaría Morales, en un momento de Delicuescente Eva, de Javier Lara, puesta en escena por Carlota Gaviño.

 

Dos hermanos perdidos en la oscuridad. Un coche que se ha salido de la carretera dando vueltas de campana. Y un accidente que no deja de suceder. Una y otra vez. En lo profundo del bosque. El coche, y la vida, dan vueltas de campana.

 

Por Luis Muñoz Díez

 

Delicuescente Eva, de Javier Lara, cierra su trilogía titulada, con acierto, “Lo Propio”, dirigida por Carlota Gaviño, en su debut en solitario, aunque cuenta con una larga y fértil carrera codirigiendo con Íñigo Rodríguez-Claro.

Javier Lara, de nuevo se coloca en todos los puntos, que elegiría un franco tirador, para encontrar la vulnerabilidad de su víctima. Planea para tomar distancia, y bucea en el recuerdo, que, aunque sabemos que no es veraz, es con el único material que disponemos para restaurar el temblor de nuestra historia.

El recuerdo cierto o no, en lo formal, es un material totalmente válido, porque es el significado que dimos a los hechos, y los patrones que nos marcaron.

El autor vuelve a colocarse como Yo observador, al hilo de sus obras Mi pasado en B, en la que indagaba en la figura de su padre, y en Scratch, en que transitó, con su hermano, entre el dolor y la manera de encarar la muerte.

La trilogía, que con esta función completa Lara, es totalmente personal, pero son las historias bien argumentadas desde la trinchera amiga, las que logran el interés universal, cuando se consigue despertar la empatía entre lo que se dice y lo que siente el espectador.

Es difícil que Delicuescente Eva, no toque algún punto de nuestra vulnerabilidad, porque simplemente habla del avatar cotidiano, de unas personas coetáneas, que hemos tenido que viajar a la velocidad de la luz, para salir de un decálogo completo de creencias, que han sido norma incontestable de conducta.

En la imagen la actriz Natalia Huarte, un cálido sabor a manzana, para "Delicuescente Eva", de Javier Lara

En la imagen la actriz Natalia Huarte, un cálido sabor a manzana, para «Delicuescente Eva», de Javier Lara

La familia con su patrón, en que los hijos eran propiedad de los padres, para educarlos o apalearlos, o apalearlos con el pretexto de educarlos, en que al macho se le pedía una fuerza sin fisura, libre de sentimientos, que, en su frustración ante un listón tan alto, por falta de argumento respondían con violencia.

El discurso de responder con violencia se nos inoculaba sin diferencia de género, porque la norma era obligada para todos. Unos imponían, y otras buscaban la forma de evadirla, pero en la forma y verbalmente la transmitían.

El descubrimiento de lo femenino para el autor en Delicuescente Eva, viene también dado con la jerarquía, de que ambas mujeres tenían ascendente sobre él, una era su madre, y la otra su hermana mayor. Esa posición de rango marca a la hora de configurar el posicionamiento futuro ante la sensibilidad femenina, para repetir el patrón masculino, para identificarte parcial o totalmente con ellas.

Carlota Gaviño ha creado un bosque mágico, en que un hecho se repite. Un bosque en el que Javier pueda perderse y encontrase, en su parte femenina y su postura ante lo femenino. En escena el actor Javier Lara, únicamente le acompañan dos mujeres, que serán su madre, su hermana, su mujer.

La función me recuerda a la verdad que encierran los bosques en los cuentos medievales. En las narraciones, esa verdad se representaba con una hermosa joven dormida, que un caballero con armadura para la guerra tenía que despertar. Javier en su bosque encuentra a la figura femenina, pero ese bosque también le representa a él, y buscará piel adentro su propia feminidad, que le redima de ser el macho sin fisura, y le permita dejar fluir sus sentimientos.

Lo escrito puede sonar retórico, porque no puede ser de otra forma, la función que nos presentan Javier Lara como autor, y Carlota Gaviño como directora, es una función de aristas, que únicamente se pueden tallar con nuestro instinto. Una obra que propone, desde la postura del que aún continúa en el alambre, y duda, mientras precisa guardar el equilibrio, una duda que nos obliga a elegir constantemente.

En la imagen la actriz María Morales, una fortaleza para Delicuescente Eva, de Javier Lara.

En la imagen la actriz María Morales, una fortaleza para Delicuescente Eva, de Javier Lara.

Delicuescente Eva invita a reformular nuestro lugar, mientras tenemos que tomar decisiones de una forma apremiante, con el pensamiento siempre de paso, y el apremio de que pasados unos segundos, todo será pasado, y aunque ya no seremos los mismos, el error o el acierto no se alterará, como no se puede variar el pasado.

El montaje es como una cubertería, en que todas las piezas varían en tamaño y uso, pero son igual de eficaces para un final común, de presentar un trabajo excelente:

El Espacio escénico en que se respira un inquietante bosque en el que, en cualquier momento puede ocurrir algo, creado por Paola de Diego, la eficaz Iluminación de lo onírico de Iñigo Rodríguez-Claro y Álvaro Guisado Garavito, la música compuesta e interpretada en directo por José Pablo Polo, y los trabajos callados, pero que se ven y se disfrutan, si están bien hechos, como es el caso de la excelente asesoría de movimiento de Lucas Condró, y la precisión de lucha escénica tan bien coreografiada por Mon Ceballos, o la asesoría artística de Lara Solano y Carlos Aladro.

El actor Javier Lara, compone su propio personaje, de una manera rotunda, en su duda y en su lucha, y las actrices Natalia Huarte y María Morales, dibujan las mil y una forma de la feminidad, con atractiva agilidad, siempre veraces.

En lo anterior imagino que tiene mucho que ver Carlota Gaviño, que acierta moviendo a los actores, y recrea la atmósfera precisa para el texto de Javier Lara, que no permite un respiro.

En la imagen el autor y actor Javier Lara, que con “Delicuescente Eva”, cierra con acierto la trilogía de “Lo Propio”.

En la imagen el autor y actor Javier Lara, que con “Delicuescente Eva”, cierra con acierto la trilogía de “Lo Propio”.

Delicuescente Eva, de Javier Lara, se estrenó el 5 de marzo de 2020, y está en cartel hasta el 1 de octubre 2020 en Teatro de La Abadía -Madrid, donde continúa en cartel mas información de días horas y compra de entradas aquí.

Autor

Desde que me puse delante de una cámara por primera vez a los dieciséis años, he fechado los años por películas. Simultáneamente, empecé a escribir de Cine en una revista entrañable: Cine asesor. He visto kilómetros de celuloide en casi todos los idiomas y he sido muy afortunado porque he podido tratar, trabajar y entrevistar a muchos de los que me han emocionado antes como espectador. He trabajado de actor, he escrito novelas, guiones, retratado a toda cara interesante que se me ha puesto a tiro… Hay gente que nace sabiendo y yo prefiero morir aprendiendo.

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