Hace ahora dos años actuó en Barcelona Celso Piña, un señor que en la actualidad cuenta con 63 años de edad y puso a bailar a todo un auditorio ya cansado tras casi dos horas de escuchar a esa batidora musical que es La Troba Kung-Fu. La actuación del denominado “Rebelde del acordeón” se prolongó hasta casi las tres de la madrugada y allí nadie quería que parase de enlazar una cumbia con otra.
El próximo miércoles regresa a la ciudad condal este ídolo de los barrios bravos mexicanos. Llamado el “Van Halen de la cumbia”, Piña nació en Monterrey (Nuevo León, México) en 1953 y hasta 1988 fue, según el mismo confiesa, un “músico conservador” que llevaba veinte años interesándose por la cumbia y el vallenato que escuchaba a los “sonideros” (organizadores de fiestas populares que colocan bajo pedido una carpa y un equipo profesional de música en cualquier estacionamiento, plaza o mercado) pero que nunca había incorporado estas cadencias a su condición de intérprete. Hasta que se cansó de tocar siempre lo mismo, de la misma forma.
Piña lo cuenta así: «En Monterrey, un programador de radio organizó un festival de música colombiana y vallenato. Invitó a 20 grupos, e hizo la lista de canciones que teníamos que interpretar. Cuando me llegó mi turno, la raza estaba furiosa. Quería algo nuevo. Me pasó en un papel los nombres de los temas que me correspondían, y le comenté que las otras agrupaciones ya los habían hecho. Insistió en que debía repetirlos. Y le respondí: ‘¿Sabes qué? Voy a tocar lo que la gente pida y lo que yo quiera’. Agarré la hoja, y la tiré. A lo que contestó: ‘Ah, muy rebelde’. Entonces le dije: ‘Soy rebelde, compadre, pero del acordeón’. Después nos caímos a golpes, aunque ésa es otra historia».
De esta forma, Celso Piña comenzó a fusionar cumbia y rock en lo que él mismo denominó “Cumbia callejera” hasta que en el año 2000 se junta con Julián «El Moco» Villarreal, de El Gran Silencio y deciden grabar un álbum (Barrio bravo) con colaboraciones de artistas del “Rock en tu idioma” como Café Tacvba o Control Machete.
En 2009 graba un disco de colaboraciones en 2009 titulado Sin fecha de caducidad donde contó con Natalia Lafourcade, Ely Guerra, Lila Downs, Álex Lora, Sargento García y Aleks Syntek. De esta forma, Piña mezcla cumbia, vallenato y rock con el reggae o el hip hop en canciones como Cumbia sampuesana (el tema favorito de García Márquez), Cumbia de la paz, Como el viento o El tren.
Hay un documental dirigido por Alejandro Marrón titulado Celso Piña, el rebelde del acordeón (2012) que analiza el fenómeno de la “colombianización” de los cerros regiomontanos al tiempo que entrevista al artista.
Teloneando a Don Celso estarán Control Z y sus cholos. No esperen una banda integrada por pandilleros fronterizos USA-México. Se trata de una formación barcelonesa e integrada por músicos de diferentes rincones del que recoge la herencia del folklore rioplatense y lo mezcla cumbia, rumba y hip-hop.
El contagioso ritmo de la “Cumbia callejera” de este autodidacta del acordeón es parte de la banda sonora que el paseante puede escuchar en un “tianguis” de la Ciudad de México acompañando la mezcla de olores, los reclamos de los vendedores y las bocinas de los peseros.
A la salida, nos echamos unas chelas.