Carta a Rick y Edu

Carta a Rick y Edu

Rick y Edu nace de la necesidad de contar esta historia. La de dos amigos en unas circunstancias muy concretas. Son amigos sin saberlo, a pesar de ellos diría yo. Dos hombres sin muchos recursos intelectuales ni materiales, sin muchas habilidades sociales para sobrevivir en esta sociedad de competitividad y crisis general. Partiendo de la idea de que Ric, un hombre que intenta hacer las cosas bien y encontrar una salida a su situación de exclusión total, intenta lo que a él le parece una gran idea. Ser guardaespaldas de gente famosa y rica. A partir de esa idea fueron apareciendo las diferentes situaciones por las que transcurre la obra.

43_Ric_y_EduEdu es el vecino que nadie quiere, que entra en tu vida sin casi darte cuenta y se instala en tu corazón como lo hace un perro apaleado y mojado en la puerta de tu casa. Un hombre temeroso, acobardado por un padre tirano. Y aunque no lo sabe, esa es su zona de confort que no puede abandonar. Lo que se pueda encontrar fuera de ella Edu cree que puede ser incluso peor. No ha conocido otra realidad que los golpes y la marginación. Por tanto no lo vive como un problema, sino con total naturalidad.

Rick y Edu fue escrita del tirón, sin reflexionar, sin premeditación. Fue un impulso que partía de las entrañas. Encontré después, cuando la obra se puso en pie, las referencias y los puntos de conexión que tenía con mi vida. Yo crecí en un barrio, yo vi estos personajes, quizá no inventé nada, simplemente les permití que salieran del anonimato, de mis recuerdos.

Era necesario para mí que pudiéramos reír, me es difícil concebir el teatro sin una concesión a la risa, al distanciamiento aunque solo sea momentáneo, a la distensión. Ric y Edu intentan mejorar, no son conformistas. Viven una realidad que en muchos momentos olvidamos que existe, que está a la vuelta de la esquina. A veces no queremos verla pero eso no quiere decir que no esté ahí.

Quizá tiene un toque de teatro americano de los ochenta, puede ser. Es el teatro con el que crecí, el que me gustó cuando descubrí que el teatro sería mi dedicación y mi pasión para el resto de mi vida. Un teatro que me conmovía, me hacía reír y quizá llorar, pero que nunca me dejaba indiferente. En la que la intelectualidad no existe, el discurso es directo y que apela a los sentimientos, emociones, recuerdos… a una gran humanidad. Un valor para mí que cotiza alto, no en la bolsa seguramente. Quizá Ric y Edu son unos perdedores a ojos de la mayoría, eso no lo negaré. Pero hablemos entonces qué significa ser un triunfador, puede que yo tenga un punto de vista erróneo.

Yo amo a Rick y Edu, quizá porque están en mí, forman parte de mí. O simplemente porque quiero que así sea.

14-noviembre-2014

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En Josep Linuesa, Manuel Brun y David Sánchez y en la lectura dramatizada de Edu y Rick, que se realizo en la casa del Libro de Madrid con motivo de la publicación del libro por Ediciones Antígona Foto Diego Conesa

La función «Rick y Edu» de Josep Linuesa, se representó en la Sala TU de Madrid en 2013, interpretada por los actores  Manuel Brun y David Sánchez, dirigidos por el autor,  el director y los actores fueron tambien los encargados de realizar la lectura dramatizada en la Casa del Libro de Madrid, el de 2014  con motivo de la publicación del texto de la obra por Ediciones Antígona.

Autor

Más conocido por sus trabajos como actor en televisión, cine y teatro es autor de obras como Cada día estoy mejor y Deja vu. También protagonizó y escribió el guión de la tvmovie Mi último verano con Marian. Nacido en Barcelona en 1966 y criado en el Prat del Llobregat estudia interpretación en el Institut del Teatre y empieza a trabajar en el Teatre Lliure, entre otras compañías, mientras compagina trabajos para TV3. En el 2001 se traslada a madrid y trabaja en películas a las ordenes de Vicente Aranda, Patricia Ferreira, Menno Meyjes… y en series de televisión como Los misterios de Laura o Sin tetas no hay paraíso.

2 comments

  • Cuanto me gustaría volver a ver a Rick y a Edu dobre las tablas. Manuel y David no pueden estar más grandes y Josep más inspirado.
    Que pena no haber estado en Madrid el día de la lectura.

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