Bruno, miércoles de ceniza, de la compañía Teatro Theaomai

Bruno, miércoles de ceniza, de la compañía Teatro Theaomai

En la imagen las actrices Paula Solís, Marta Santiago, Sara Moreno y el actor Diego Valverde, todos muy formales cuando Claudia la monta jerónima es llamada a Roma en “Bruno miércoles de ceniza” de Teatro Theaomai dirigida por Sergio Santiago Romero para Teatro Theaomai @Dario Julve Pulsar

 

 

Por Luis Muñoz Díez

 

Bruno, miércoles de ceniza, de la compañía Teatro Theaomai, con dramaturgia y dirección de Sergio Santiago Romero, recuerda el castigo administrado sin usura al italiano Giordano Bruno. Un presbítero dominico ocupado en el estudio a tiempo completo, de todo lo que afectase a la tierra, al hombre, y su trascendencia en el universo.

Astrónomo, filósofo, matemático, teólogo y poeta. Teórico de la creencia panteísta, ahondando en la tierra no fuera una creación única, ni el sol, centro de ella, pronto llamó la atención de los cancerberos de la fe, fue juzgado y condenado sufriendo la pena de ser quemado vivo.

La compañía de Teatro Theaomai, toma como punto de apoyo al dominico, pero su nombre y su obra han sido reivindicados por la propia historia. Incluso la iglesia ha pedido perdón por el irreparable error, por lo que el verdadero homenaje de la compañía, es para aquellos que por ver la luz se les obligó a permanecer en la oscuridad de cárceles, conventos, o en una sepultura.

El acierto de la puesta en escena, y de la interpretación es lograr momentos realmente hilarantes, contando un drama, y eso ocurre porque no se puede poner puertas al campo, la vida siempre demanda vida, y en la oscuridad más negra, un poco de luz la disipa de manera poderosa

Nunca me han escandalizado los actos de la iglesia, porque no he sido educado en su férrea disciplina, y cada vez que he oído hablar al Papa, he creído que lo hacía para su parroquia, y que ninguna de sus palabras iban a tener repercusión en mi vida cotidiana.  Por lo que me parece loable que una compañía con el entusiasmo de la juventud revise unos pasajes tan oscuros como lamentables, con vocación de continuidad.

En la imagen Sara Moreno -responsable de la curia. Paula Solís -la monja que acompaña a Claudia- y Marta Santiago -Claudia- ©Dario Julve Pulsar en la imagen para ampliarla.

En la imagen Sara Moreno -responsable de la curia. Paula Solís -la monja que acompaña a Claudia- y Marta Santiago -Claudia- ©Dario Julve Pulsar en la imagen para ampliarla.

En la imagen Sara Moreno -responsable de la curia-. Paula Solís -la monja que acompaña a Claudia- y Marta Santiago -Claudia en otro mundo paralelo Foto ©Dario Julve Pulsar en la imagen para ampliarla.

En la imagen Sara Moreno -responsable de la curia-. Paula Solís -la monja que acompaña a Claudia- y Marta Santiago -Claudia en otro mundo paralelo Foto ©Dario Julve Pulsar en la imagen para ampliarla.

La historia tiene su inicio en un convento de 2024, en que una monja jerónima llamada Carolina, recibe dos ofertas de trabajo. Una para incorporarse en la NASA, y otra para poner en sus manos la dirección del observatorio astronómico de la Santa Sede

Carolina fue abandonada en el torno de convento. Tiene como sobra y cuidadora a otra monja de mayor edad, que será una fuente inagotable de sorpresas y prodigios.

Carolina, se incorpora al trabajo en Roma, y se pone como empeño representar la muerte Giordano Bruno, dictada por un tribunal presidido por Roberto Berlarmino, -en su implacable deseo de salvaguardar una fe incuestionable y hermética- que, también llevo el proceso contra Galileo, bajo el mandato papal de Clemente VIII

Carolina para representar la muerte de Bruno, convoca a un director de teatro español becado en la academia de Roma, con la ayuda de una monja que trabaja en la curia.

Lo anterior sirve únicamente de mera puesta en situación, porque la representación no se limitará a la revisión del caso de Bruno, ni a los logros de la monja Carolina en su trabajo como astrónoma, de pronto en clave de comedia musical se cambiarán hábitos por las ropas coloridas del music hall. La monja que cuido siempre de Carolina, tiene la capacidad de viajar en el tiempo y el don de la ubicuidad. El cardenal encargado de velar por el trabajo de la monja, como el cura ayudante que le asigna, serán replicas de los personajes que rodearon a Bruno.

Diego Valverde. Alejandro Sánchez, y Víctor Plaza, como cardenal, director teatral y cura asignado a velar por Claudia. “Bruno miércoles de ceniza” de Teatro Theaomai ©Dario Julve Pulsar en la imagen para ampliarla.

Diego Valverde. Alejandro Sánchez, y Víctor Plaza, como cardenal, director teatral y cura asignado a velar por Claudia. “Bruno miércoles de ceniza” de Teatro Theaomai ©Dario Julve Pulsar en la imagen para ampliarla.

Diego Valverde. Alejandro Sánchez, y Víctor Plaza en un mundo común y simultáneo. “Bruno miércoles de ceniza”, dirigida por Sergio Santiago Romero, para Teatro Theaomai

Diego Valverde. Alejandro Sánchez, y Víctor Plaza en un mundo común y simultáneo. ©Dario Julve Pulsar en la imagen para ampliarla.

En este viaje por el tiempo y las realidades superpuestas dan la razón a Bruno, y Carolina quiere dar un giro a la iglesia como a un calcetín, por su faceta negacionista y en su afán de paliar todo lo que pueda resolver la razón.

Las escenas en que se describe el viaje por el tiempo están muy bien resueltas, y el reparto en su doble función de represores y liberadores, se ajusta bien a lo que hay.

Como decía un poco más arriba no tengo conocimiento de cómo actúa la iglesia, y como siguen persiguiendo a los homosexuales por cometer el peor de los pecados, que es poner la semilla de la vida en el sitio más inadecuado. Mientras estadísticas y realidad desvelan que en su seno se practica con el agravante de la desigualdad entre un adulto, y unos niños o preadolescentes, en estado de vulnerabilidad total.

El lugar de la mujer en la iglesia es cuestionado, dado no tiene otro que de servidora, que es cierto que los organigramas de la iglesia suenan tramontanos, pero no sé que elefante tendría que entrar en esa cacharrería vaticana, para hacer un reseteo con la demanda actual.

Tiene un gran mérito el empeño de todos los que hay detrás de  Teatro Theaomai, en su empresa de visibilizar una pretensión, que la misma condición de permanencia en el tiempo sin que nada varíe, la hace utópica. Mérito del dramaturgo y director Sergio Santiago Romero, tanto en su labor de poner en pie el montaje como por la dirección del elenco formado por Sara Moreno, Víctor Plaza, Alejandro Sánchez, Marta Santiago, Paula Solís, Diego Valverde.

Señalar un trabajo por encima de otro sería injusto, aunque uno tiene sus filias y sus fobias, porque la pieza tiene su valor en lo común, y lo común es la suma de todas las singularidades, sin excepción alguna.

En la imagen Marta Santiago -la divertida monja con el poder de la ubicuidad- en “Bruno miércoles de ceniza” de Teatro Theaomai ©Dario Julve Pulsar en la imagen para ampliarla.

 

Bruno, miércoles de ceniza, está programada los días 6 y 7 de julio, en los Teatros Luchana que acogen la IV edición del Festival Sala Joven 2024, dirigido por Karina Garantivá -Fundadora de Teatro Urgente-

 Compañía: Teatro Theaomai

Dramaturgia y dirección: Sergio Santiago Romero

Elenco: Sara Moreno, Víctor Plaza, Alejandro Sánchez, Marta Santiago, Paula Solís, Diego Valverde

Ayudante de dirección: Fernando Salamanca   Dirección de arte: Cristina Sanz Ruiz Dirección musical:Rosa Fernández   
Coreógrafo: Alejandro Sánchez Escenografía: Alberto Villegas Erce Vestuario: María del Carmen Vicente Asesor teatral: Alfredo Miralles Producción: Teatro Theaomai

 

Autor

Desde que me puse delante de una cámara por primera vez a los dieciséis años, he fechado los años por películas. Simultáneamente, empecé a escribir de Cine en una revista entrañable: Cine asesor. He visto kilómetros de celuloide en casi todos los idiomas y he sido muy afortunado porque he podido tratar, trabajar y entrevistar a muchos de los que me han emocionado antes como espectador. He trabajado de actor, he escrito novelas, guiones, retratado a toda cara interesante que se me ha puesto a tiro… Hay gente que nace sabiendo y yo prefiero morir aprendiendo.

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