Borja Roces está realmente entusiasmado con la idea de poder mostrar al público las dos primeras piezas, de las tres, que formarán La Trilogía del desencanto en la madrileña Sala Bululú.
La primera pieza que veremos es Pequeño defecto de fábrica, una función de Roces en estado puro, con él como único actor y de la que escribió para el programa de mano: «He hecho este espectáculo porque me lo debía«, para añadir: » es un pulso conmigo mismo, con mi fragilidad, con mi debilidad y con mi imperfección» Y ciertamente es un trabajo en que nos propone la endiablada tarea de observarnos, no juzgarnos, aceptarnos, e ir mas a allá, amarnos tal y como somos: maravillosamente defectuosos.
Pequeño defecto de fábrica, fue invitada al XIX Encuentro de Teatro Latinoamericano de Copiapó, Chile, y se ha representado en Asturias, Cantabria y Madrid.
La segunda pieza que vamos a poder disfrutar en la Sala Bulubú, es Encrucijada o nihil novum sub sole. Se trata de una pieza exquisita, donde se une el desencanto y la incredulidad. Al desencanto, lo representa Roces, un poeta escéptico y alérgico al buenismo imperante, que busca la anestesia existencial vía tequila. A la incredulidad, le pone voz y cuerpo y mucha vida, la actriz Alicia Rodríguez, una mujer incrédula, que hace como en la copla del llanto un gozo y la razón de su existencia.
Borja, confieso que ganaste mi simpatía, y de por vida, cuando leí en el programa de mano de Pequeño defecto de fábrica, que habías hecho la función porque te la debías.
L.M.D: ¿Cómo surgió el proyecto?
B.R.: Pequeño defecto de fábrica, es un espectáculo unipersonal creado en residencia artística, en El Huerto Espacio Escénico, y estrenado allí en 2012. Nació como una propuesta de trabajo, distinta a lo que habitualmente había hecho como actor y director, en otras compañías para las que he trabajado, y como resultado de una labor de creación que inicié con el trabajo Mara Plau Vs. Lola Padilla, combate de actrices para LaCuervo Cia y que supuso un punto y aparte en mi manera de entender el hecho teatral.
Es un trabajo muy personal, como muy íntimo, por lo que es muy importante conocer de primera mano porque te debías esa función y porqué te cambia la manera de entender el hecho teatral.
Pequeño defecto de fábrica habla, sobre todo de la reivindicación de la imperfección frente a la supuesta belleza de lo perfecto. Se estructura a partir de textos que fui creando al tiempo que ensayaba, y que parten de lo íntimo para, intentar hablar de lo común.
Es un lujo poder escribir y escribir el texto, según se va poniendo se va materializando la idea durante el ensayo. ¿Qué te iba pidiendo?
Me interesaba de manera muy especial, la manera en que uno se ve a sí mismo y la manera en que nos ven los demás. Marguerite Yourcenar dice: «la vida de un ser humano se compone de tres líneas sinuosas: lo que un hombre ha creído ser, lo que ha querido ser y lo que fue»
Los psiquiatras, que practican terapias conductistas, dicen a sus pacientes que pidan a sus seres cercanos que escriban sus virtudes y sus defectos, y en el 99% de los casos, el paciente comprueba, para bien o para mal, que nada tiene que ver como uno cree que es a como le ven los que le rodean.
Digamos que esa es la idea que sobrevuela la propuesta de trabajo y comienza a tomar forma poco a poco en los ensayos. La imagen y el componente de lo físico llevado al límite, también me parecían líneas a desarrollar, y que de alguna manera están presentes e incluidas en el espectáculo con imágenes en directo de transformación física y secuencia corporales al límite.
En Encrucijada o nihil novum sub sole, hay un crecimiento, es un trabajo con otro actor, en este caso con una actriz.
Sí, Encrucijada o nihil novum sub sole, nació de una premisa distinta, y me apetecía trabajar con una actriz dispuesta a sumergirse en mi manera de plantear las creaciones.
Una actriz extraordinaria como es Alicia Rodríguez. ¿Cómo ha sido la experiencia de trabajar con ella?, porque el resultado no puede ser mejor.
Alicia Rodríguez, fue una suerte encontrarla y poder disfrutar de su entrega. De este modo la idea inicial era hablar por un lado de la incapacidad de avanzar y de tomar decisiones, como seres humanos y como artistas.
¿Tenías claro desde el principio que ibas a realizar una trilogía?
No, de un modo natural nos fuimos dando cuenta que había una idea que acercaba ambos trabajos, y que tenía que ver con la sensación de desencanto generalizado, y de cómo el paso del tiempo va haciendo mella en las ilusiones se tienen en la juventud, por lo que nace la idea de realizar una trilogía
¿Para cuándo se podrá ver la tercera pieza?
En breve comenzaremos a trabajar en El Club del desencanto, con más actores, que esperamos poder presentar en Madrid la temporada que viene, si todo va bien.
Le doy las gracias a Borja por atenderme y le pregunto si quiere añadir algo. Me dice: «que a todos los que componen el equipo de estas dos funciones les hace especial ilusión mostrar estos dos trabajos de nuevo en Madrid». A mí solo me queda añadir que anotéis en la agenda que Pequeño defecto de fábrica estará los dos primeros domingos de febrero en la Sala Bululú, y Encrucijada o nihil novum sub sole, los dos siguientes, y que si tenéis la oportunidad de asistir a las representaciones no os las perdaís.
Pequeño defecto de fábrica (Pieza II Trilogía del desencanto)
Sala Bululú 2120, los días domingos 2 y 9 de febrero a las 19.30h.
Reparto: Borja Roces
Asesoramiento actoral: Ana Morán
Compañía: LA CUERVO CÍA
Encrucijada o nihil novum sub sole (Pieza II Trilogía del desencanto)
Sala Bululú 2120, los domingos 19 y 23 de febrero a las 19:30h
Reparto: Borja Roces y Alicia Rodríguez
Dirección: Borja Roces
Compañía: EL ENCUENTRO CON ALICIA RODRIGUEZ
Sala Bululú 2120 C/ Canarias, 16 // C/ Tarragona, 17 28045 Madrid 91 360 01 93