Bebé a bordo, o se hace camino al andar

Bebé a bordo, o se hace camino al andar

Bebé a bordo, un texto firmado por La Escobilla Teatro, nace de la necesidad de contar la historia de Carmen y Alba, que se ven obligadas salvar mil y un, contratiempo para poder ser madres de un hijo. Han de a elegir desde un principio, de quien concebirá a la criatura, a cual será la manera de como llegará ese hijo al vientre de la madre.

La historia, con mayúsculas, pasa por encima de miles de avatares cotidianos. Se narra en pasado perfecto tal y como fue para el encargado de estudiarla, obviando el rico resumen de millones de emociones o vivencias como las que viven Carmen y Alba. Para la historia queda todo reducido a fríos hechos, cifras y fechas.

BEBÉABORDO.-JPG-e1448482945111El teatro clásico se ocupó del inexorable destino que corrían los humanos dictado por el caprichos de los dioses, en el siglo de Oro aún seguía ocupados de unos pocos privilegiados, aristócratas y nobles.

Pero afortunadamente y según se fue tomando conciencia de que no éramos meras marionetas de los dioses, y muchos se pusieron en la lucha, para que unos pocos se olvidaran de que los derechos no los otorgaba la cuna y defender con uñas y dientes las libertades individuales, el contenido del teatro varió como fiel espejo del aquí y ahora.

En España, se es tolerante con la homosexualidad en tanto no es políticamente correcto manifestarse en contra de ella, pero la visibilidad y la normalizacición está aún por llegar y sigue existiendo el codazo, la risa floja y el chiste fácil. La normalización y visibilidad la ganan, en una lucha sin cuartel ni piedra ni palo, los integrantes del colectivo a diario con sus actos.

Hasta 1979 ser homosexual en España era delito y hasta 2005 no se legalizó el matrimonio entre personas del mismo sexo. Eso es Historia, diez, veinte años para una persona es mucho tiempo, pero para el inconsciente colectivo es un suspiro, y la normalización se configura día a día con la lucha de cada homosexual, que defiende sus legítimos derechos como lo hacen Carmen y Alba en Bebé a bordo.

Derechos que defienden, no solamente ante la intransigencia de determinados grupos, y la condena constante de la Iglesia, sino ante quien hasta ayer eran su referencia afectiva. Aquellos que si que te importa lo que piensen de ti, porque los quieres: padres, tíos, abuelos. A los que es difícil pedir que asuman tu condición como algo natural, que viene dado, como el color de la piel o el de los ojos, y olviden de golpe toda basura que les han inculcado sobre la homosexualidad. Considerada una práctica vergonzosa para la sociedad, una enfermedad para la ciencia y un delito penal para la ley hasta 1979.

Lo anterior tiene mucho que ver con este Bebé a bordo, un trabajo que de entrada encaran de una manera valiente el grupo La Escobilla Teatro, porque no presentan a Carmen y Alba, como dos mujeres en estado de gracia que han decidido tener un hijo y ejecutan un plan sin dudas, ni fisuras. Nos presenta a dos mujeres jóvenes de carne y hueso, que quieren llevar adelante su plan venciendo miedos y dificultades, guiadas unicamente por el amor y la intuición.

En su entorno familia hay confusión, no llegan a entender lo importante de su anhelo, y si señalo que el trabajo de La Escobilla Teatro es valiente, es porque muestran el cotidiano de estas dos mujeres sin idealizar nada, porque quizá la mayor contradicción la viven ellas misma, como la vivimos todos al tomar una decisión que de un giro a nuestra vida, lo que para mí es un acierto, porqué genera empatía hacía Carmen y Alba.

Mientras se vive se arriesga, se acierta y se hierra, actuamos con la misma convicción en ambos casos, y solo después sabes si te has equivocado o no. En Bebé a bordo se presenta el legítimo derecho de las dos mujeres, pero no escatima ni aparta la dificultades, como es aceptar que para concebir un hijo es necesario un varón, de ahí que surjan los celos y la discusión en la pareja por la elección, y es que cuando se ama a alguien no lo quieres compartir.

Ya es difícil en las parejas heterosexuales aceptar que parte del amor que se te procesa, te lo puede hurtar un enano que aún no tiene cara, como para empezar teniendo que contar con un tercero para que llegue el deseado cuarto.

Bebé a bordo está narrado como una dulce comedia, un género ideal para hablar de nuestras pequeñas contiendas cotidianas sin elevar el peso dramático, pero con todas las ventajas para presentar la autentica realidad, dudas, risas, miedos y temblores de las protagonistas.

El resultado es un trabajo tan armónico como delicioso en el que no se nota el peso de la dirección de Jon Arráez, y eso es porque ha acertado plenamente creando un espacio amable, muy bien medido para que las actrices Jaione Azkona y María Simón, compongan y dejen fluir a Carmen y a Alba. Las dos actrices aportan verdad y frescura a unos personajes, que a dos palmos de la silla que ocupas, sientes su aliento y su respiración. Las entiendes por lo que desas que les salga todo como esperan, porque la verdad siempre emociona, y aunque no os voy a desvelar si Fernando Solís el donante, llega a ser el padre del hijo de Carmen y Alba, quiero resaltar su buen trabajo, imprescindible en este conjunto tan sólido que forman La Escobilla Teatro.

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El actor Fernando Solís, es el posible donante de «Bebé a bordo»

Bebé a bordo / Texto La Escobilla Teatro / Director Jon Arráez / Jaione Azkona, María Simón y Fernando Solís.

Bebe a bordo se estrenó en La Nao 8 Teatro el 4 de diciembre de 2015.

En cartel en Nave 73 Madrid, los viernes a las 20.30 a partir del 2 de septiembre de 2016

Autor

Desde que me puse delante de una cámara por primera vez a los dieciséis años, he fechado los años por películas. Simultáneamente, empecé a escribir de Cine en una revista entrañable: Cine asesor. He visto kilómetros de celuloide en casi todos los idiomas y he sido muy afortunado porque he podido tratar, trabajar y entrevistar a muchos de los que me han emocionado antes como espectador. He trabajado de actor, he escrito novelas, guiones, retratado a toda cara interesante que se me ha puesto a tiro… Hay gente que nace sabiendo y yo prefiero morir aprendiendo.

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