Por NACHO CABANA
Las desventuras de la nueva emigración española en Berlín comienza a conformar un nuevo subgénero en el cine español y catalán. Perdiendo el norte (2015) de Nacho Gª Velilla, Júlia ist (2017) de Elena Martín y ahora Las distancias de Elena Trapé conforman, de momento, una trilogía que, desde géneros diversos, aborda las vicisitudes de los que se tienen que marchar.
Al contrario que las dos primeras, la segunda película de la directora de Blog (2010) va más allá de lo puramente situacional para construir un film sobre los amigos que no saben que ya no lo son. Que uno de ellos, Comas, viva en Berlín y sus colegas“de toda la vida” vayan a verle por sorpresa no es más que el punto de partida para un relato amargo y triste sobre cómo el paso del tiempo puede alejar a unos seres humanos de otros sin que nadie se pueda considerar estrictamente culpable. Intentar vivir las emociones que se vivieron antaño y que ello solo provoque amargura y desencanto, es el leit motiv de una excepcional película (hasta ahora, la mejor que ha dado el cine español en 2018) con un guión (de la directora junto a Josan Hatero y Miguel Ibañez Monroy) que acierta a no quedarse en una situación única, que retrata con amor a todos y cada uno de los personajes, que hace evolucionar a éstos separándoles cuando es necesario y donde la soledad parece ser el destino final de todos ellos.
Muy en la línea del Cesc Gay de En la ciudad (2003), pero justificando la incomunicación entre los personajes, Las distancias cuenta con buenos diálogos y excelentes interpretaciones en un reparto donde sobresale una Alexandra Jiménez a la que ya va siendo hora que le demos un Goya. Miki Esparbé, Isak Férriz, Bruno Sevilla y María Ribera están muy bien aunque en ocasiones chirríe la mezcla de idiomas (sobre todo en los diálogos a dos entre Sevilla y Jiménez). Valiente la fotografía en permanente penumbra gris de Julián Elizalde.
Esperemos que en este 2018 se hable de Las distancias al menos tanto como de Verano del 93 de Carla Simón en 2017 (entre muchas cosas, la que ahora nos ocupa no parece estar hecha en 1972). Y que Elena Trapé no tarde 7 años en hacer otra película. Todo un acierto del BCN Film Festival haber hecho la premiere catalana de Las distancias.
El Sant Jordi Barcelona Film Festival cerró su segunda edición con la entrega de premios a:
Mary Shelley de Haifaa Al-Mansour como mejor película. El premio de la crítica ACCEC fue para Cambio de reinas de Marc Dugain; En tiempos de luz menguante de Matti Geschonneck obtuvo una mención especial-
El premio Festival Castell de Peralada a la Millor Música fue también para Cambio de reinas de Marc Dugain con una mención especial para Maria by Callas de Tom Volf.
El premio del público a la mejor comedia fue para Mi querida cofradía de Marta Díaz de Lope y el EDUCACINE para Rebelde entre el centeno de Danny Strong.
La edición 2019 del festival será del 22 al 30 de abril y para consolidarse no le vendría mal abrirse a películas de más nacionalidades y que no tengan asegurada su distribución en España. Eso sí, que siga tan bien organizado como hasta ahora y con actividades paralelas tan interesantes como la dedicada a los guiones adaptados.