«Batavia. Historia de un naufragio», de David Barrocal y Almudena Ocaña

«Batavia. Historia de un naufragio», de David Barrocal y Almudena Ocaña

«Batavia. Historia de un naufragio», escrita por David Barrocal y Almudena Ocaña, y basada en un naufragio real que sucedió el 7 de Junio de 1695, cuando el gran buque Batavia de la Compañía de las Indias que había partido de Holanda en una ruta comercial, naufragó al colisionar con un arrecife de corales en el archipiélago de las Abrolhos al sudeste de Australia. El naufragio dejó doscientos supervivientes, de los que cuando llega tres meses después el Capitán Pelsaert solo quedan vivos 40.

CartelA4-baja¿Qué había pasado para que en menos de tres meses contando con víveres suficientes hubiera tantas bajas? La respuesta es siniestra pero tan vieja como el mundo: Jeronimus Cornelisz se erigió como líder y con la ayuda de unos pocos sometió al resto, con la mayor tiranía administró víveres, despreció vidas, convirtiendo la isla en un escenario de masacres y vejaciones.

David Barrocal y Almudena Ocaña, estructuran la función con una cronología inversa. La primera escena es el ajusticiamiento de los que nos presentan como culpables y acaba el día del naufragio, cuando aún no había ocurrido nada y aún estaba la arena de la playa blanca, sin manchas de sangre. La propuesta de los autores se corresponde y retrata un sentimiento común muy codiciado, que es el deseo de tener poder para volver atrás, una vez visto el daño infringido en el caso del que se arrepiente o la pena impuesta al que no.

Los autores se han propuesto un alto empeño, al subir a un escenario una obra tan inapresable como Trafalgar de Pérez Galdós, de una forma naturalista, quizá hubiera sido más oportuna una puesta en escena más estilizada, porque tampoco había necesidad de recrear el naufragio, matanzas y lluvias, como tampoco creo que la figura de  Cornelisz les haya interesado más allá de ser un símbolo de la tiranía.

Con «Batavia» se nos propone una reflexión sobre la absurda tendencia que nos conduce a acatar una tutela, que nos permita protestar sobre el trato que recibimos pero sin negarnos de una forma rotunda como sería lo natural, y pone de manifiesto que cuando unos pocos someten a muchos, es porque algún «gozo extraño» debemos de hallar dado que en raras ocasiones nos encaramos con el tirano con un contundente somos más y un ¡Basta ya!.

Los autores para representar su idea, ser sirven de seis actores, que doblan personajes, algunos con tanta entidad que al acabar la representación dudas en cuál de sus cometidos ha propuesto determinado pensamiento.

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«Batavia. Historia de un naufragio», de David Barrocal y Almudena

Los personajes son muy simbólicos, el hombre que a pesar del naufragio no ha perdido la cabeza y atado a palos quiere alcanzar la isla de Java para pedir ayuda, o ese hombre zarandeado al que el entorno le obliga a ser lobo, cuando él sólo quiere vivir en paz, el personaje más oscuro es es el de David Zevank, la mano derecha y ejecutor del tirano, y en contra de los más coherentes es el de su mujer que le incita la rebeldía, y no entiende la necesidad del tirano de humillarla, al que su marido ha servido su cuerpo en bandeja cuando ella finge darse por grado para dar alguna dignidad.

El pastor viene a ser la hipocresía de las mil y una religiones, que predican y venden trigo, aferrándose a la vida con la fuerza de quien no cree en la otra. Si la fe que predica fuera verdadera, y su confianza en la gloria eterna una realidad, no obligaría a su mujer a caer en la humillación a la que se ve le obligada de darse con todo el que la requiera, y hubiera muerto serenamente en su compañía y la de sus hijos sin permitirlo para despertar en el paraíso.

El mensaje de la obra llega, la danza simbólica que nos orienta que el tiempo es inverso en la función es un logro escénico con belleza estética, pero faltan medios para decorados, luces, vestuario y se ven obligados a hacer de necesidad virtud.

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«Batavia. Historia de un naufragio», de David Barrocal y Almudena

La idea es buena y la dramaturgia de David Barrocal y Almudena Ocaña está bien construida, porque la historia se sigue perfectamente, ponen a hablar a los mismos actores en diferentes personajes, sin variar prácticamente el vestuario y se diferencia perfectamente el discurso de cada uno, lo que es todo un logro.

Los actores realizan un buen trabajo del que es difícil escribir uno por uno como me gustaría, porque doblan varios papeles, pero una forma de reconocer su buen hacer es nombrarlos: Samad Madkouri, Ruth Carreras, Iñaki Díez, Nuria Landete,  Juan Carlos ReinaRodrigo Ramírez.

A la función que asistí el teatro estaba lleno y finalizada la representación el público aplaudió con fuerza, y yo si veo en la cartera otra función con los mismos autores y actores no duraría en acudir a verla.

Título: «Batavia. Historia de un naufragio»/ DramaturgiaDavid Barrocal  y Almudena Ocaña / Dirección: David Barrocal /ElencoSamad Madkouri, Ruth Carreras, Iñaki Díez, Nuria Landete, Juan Carlos ReinaRodrigo Ramírez / IluminaciónAriel D. Zeitunlian / MúsicaJordi Ballarín / Escenografía: David Barrocal y Román Barrocal / Vestuario y documentaciónAlba Toajas / Figurines: Alexis Valda / CostureraYaneth Soler / CoreografíasRaquel Carrillo / Maquillaje: Lilian Barba / ProducciónNuria Landete

Teatro Lara   Calle Corredera Baja de San Pablo, 15, 28004 Madrid

Fechas: a partir del 29 de octubre, todos los miercoles de novienvre de 2014 a las 22h

Autor

Desde que me puse delante de una cámara por primera vez a los dieciséis años, he fechado los años por películas. Simultáneamente, empecé a escribir de Cine en una revista entrañable: Cine asesor. He visto kilómetros de celuloide en casi todos los idiomas y he sido muy afortunado porque he podido tratar, trabajar y entrevistar a muchos de los que me han emocionado antes como espectador. He trabajado de actor, he escrito novelas, guiones, retratado a toda cara interesante que se me ha puesto a tiro… Hay gente que nace sabiendo y yo prefiero morir aprendiendo.

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