En la imagen de Ramón Paso la actriz Ángela Peirat en un momento de la representación de Baldosas amarillas de Sandra Pedraz Decker con dirección de Ramón Paso
Por Luis Muñoz Díez
Con Baldosas amarillas, Sandra Pedraz Decker aborda un tema tan como común como doloroso. Si es duro que ni te quiera, ni te cuide quien está llamado a hacerlo, es más dura su consecuencia que suele cursar con una total falta de autoestima. Una orfandad que conlleva un sufrimiento que no tiene lindero entre lo psíquico y lo físico.
Cuando duele la existencia, se precisa de un escape que facilita todo tipo de pulsiones, que mezclan el deseo de olvidarse de uno mismo, y marcan el inicio de un suicidio a corto o largo plazo. Los paraísos artificiales en los que te sitúan todo tipo de drogas, legales o ilegales, cumplen con ambos requisitos, de entrada te mitigan el dolor, y cuando nada es sufriente, el canino está escrito ya, en los libros de psiquiatría.
El fondo de la historia es tan desazonador, que la autora Sandra Pedraz Decker nos propone a través de la psicóloga encargada de la terapia de rehabilitación, una terapia que permita a los enfermos tomar distancia con su realidad, sin evadirse de ella, identificándose con los personajes del cuento El mago de Oz.
Las actrices Vicenta González -la psicóloga- y Ángela Peirat -Alba- mantienen uno de los diálogos más hermosos de la función. Foto Ramón Paso
La pandilla del mago de Oz la conformaban la pequeña Dorothy, su perro, un león, un hombre de hojalata, y un espantapájaros. La psicóloga se reserva el papel de Mago, y como no puede faltar en todo cuento hay una bruja, que en este caso es la voz de nuestra zona más oscura, que incita a consumir hasta la sobredosis con la potente artillería que supone tener a su disposición información de primerísima mano, porque el enemigo de todos los personajes creados por Sandra Pedraz Decker, son ellos mismos.
La pequeña Dorothy en realidad es Alba, una prostituta cocainómana que ya, no controla sus actos. La actriz Ángela Peirat la recrea sacando partido a todas los matices que tiene un personaje de bellísima apariencia, siempre al borde del precipicio por el placaje inclemente, al que le somete los gritos de su parte mas oscura, empeñada en atormentar sin tregua. Alba, que no Dorothy al final sacará lo mejor de sí misma, a tal punto que será la redentora del propio Mago, una profesional de la psicología que sabe en primera persona lo que es una adicción, interpretada en sus temblores y fortalezas por la actriz Vicenta González, ambas actrices comparten como preludio del final, uno de los diálogos más hermosos de la función.
En la imagen las actrices Vicenta González y Guillermo López-Acosta el publicista heroinómano y menorero, que elegirá dejar se ser Foto Ramón Paso
El hombre de hojalata en realidad es un publicista heroinómano y menorero, que no resistirá el envite. Estimulado por su «bruja» interior, elegirá una dulce muerte por sobredosis a encarar el árido futuro que le espera. Al personaje lo compone el actor Guillermo López-Acosta, en un punto de niño grande caprichoso. No hay que olvidar, que los cachorros de humano miran siempre, y únicamente por sí mismos.
Autora, director y actor Jordi Millán, contemplan a Richi en la faceta divertida e inhibidora que puede aparentar la locura. Sus adicciones le han dejado la cabeza de paja, funciona según el combustible que se administre, con sus bailes sincopados, su lucha sin cuartel con el León en este caso leona, al que pone melena y fuerza la actriz Esther Roiz, con la que mantiene unos explícitos diálogos sobre sexo que, arrancan la risa espontanea del público. El actor Jordi Millán, mantiene un dialogo hilarante y peregrino con su pene, al que pide disculpas por haberle propiciado una vida con tan pocos momentos de esplendor.
La actriz Alicia Rueda encarna las fantasías sexuales con niñas del hombre de hojalata, interpretado por Guillermo López-Acosta, sus escenas son breves, pero el juego perverso del hombre con la niña acapara toda la atención del público.
En la imagen las actrices Noah Ferrera y Ángela Peirat, la primera reclamará cariño hasta el ultimo momento, y la segunda aprenderá a darlo y recibirlo enBaldosas amarillas, de Sandra Pedraz Decker Foto Ramón Paso
Si hay un personaje que representa la carencia afectiva en estado puro, es el que interpreta la actriz Noah Ferrera, el perro del cuento. Muere reclamando que alguien le redima de su orfandad, sin cejar en su empeño hasta el último suspiro, la actriz lo compone con una ternura que desarma.
Ramón Paso es diestro en dirigir obras corales, en las que los personajes se mantienen la mayor parte de la función en el escenario sin diálogo, para lo que se requiere contar con un elenco de actores que sepa estar y actuar sin decir. El director tiene muy buena mano para incorporar la música a sus montajes, y en este caso es un acierto amalgamar una función que transita entre la real y lo onírico, con unos números musicales bien ejecutados.
La pieza está escrita en positivo, pero ni en los cuentos todos los personajes tienen un final feliz, y es honesto por parte de la autora negar la evidencia. Como lo es reconocer la posibilidad de reconciliarnos con nosotros mismos, e igual que nos muestra la negrura en el final del entrañable “perrito” y el hombre de hojalata.
En la imagen los actores Esther Roiz y Jordi Millán, dos internos o un “León” y un “Hombre de Paja” un buen «tándem», que verán la luz del amor en Baldosas amarillas, de Sandra Pedraz Decker. Foto Ramón Paso.
Entre la interna interpretada por Esther Roiz, que toma como alter ego al León del cuento, y Richi –Jordi Millán- se establece un vinculo humano que al principio de la función se podría dar por imposible, dado el arrasado estado existencial de ambos personajes. Alba –Ángela Peirat– será apoyo para la psicóloga –Vicenta González- metida a Mago de Oz, y la parte oscura o «la bruja«, siempre estará dentro de nosotros, y nuestra labor es mantenerla a raya.
Los personajes de bruja son siempre muy redondos, porque siempre saben lo que quieren: lo peor, de lo malo. La actriz Verónica Cuello la encarna con toda su ironía, en su siniestra soberanía.
Es la primera función a la que asisto firmada por Sandra Pedraz Decker, aunque conozco su larga vinculación con la compañía PasoAzorín, y su trabajo como traductora teatral, del que he dado puntual información en Tarántula Cultura, le deseo que en este personal viaje a Ítaca que inicia, le aguarde un camino tan largo como ancho.
Baldosas amarillas se estrenó el 9 de junio de 2021 en Teatro Lara – Sala Lola Membrives, Madrid, más información de horario y compra de entradas aquí.

En la imagen los actores Alicia Rueda, Esther Roiz, Guillermo López-Acosta Jordi Millán Ángela Peirat, Vicenta González Noah Ferrera, Verónica Cuello, el elenco completo recibe el aplauso del público Foto Revista Tarántula
Autora Sandra Pedraz Decker Dirección Ramón Paso Reparto Ángela Peirat, Jordi Millán, Guillermo López-Acosta, Vicenta González, Esther Roiz, Noah Ferrera, Verónica Cuello, Alicia Rueda Producción ejecutiva PasoAzorín Teatro Dirección de producción Inés Kerzan Diseño de Iluminación Carlos Alzueta Espacio escénico Ramón Paso Vestuario Ángela Peirat y Sandra Pedraz Decker Fotografías Ramón Paso Diseño gráfico Ana Azorín.