«Azote» de Antonio Maldonado

«Azote» de Antonio Maldonado

Critica de la novela «Azote» de Antonio Maldonado

 

Por Luis Muñoz Díez

Azote, la primera novela de Antonio Maldonado, no se lee: se escucha. En sus páginas resuena un mundo que ha ido quedando al margen, hecho de voces, silencios, giros, palabras que hoy apenas sobreviven. El autor no las rescata con nostalgia, sino con fidelidad. Porque sabe que en ellas vive una cultura entera, una forma de ver, sentir y habitar el mundo que se nos escapa.

La historia transcurre en Belmontejo de la Sierra, un lugar inventado con la verdad intacta. Allí, hombres y mujeres —Sara, Alberto, María, Tomás— viven de y para la tierra. Y con ellos vive también el mundo animal en sus múltiples ocupaciones y usos, la vegetación, el cielo imprevisible y la sequía como destino compartido. No hay línea divisoria: el paisaje no es un fondo, es una carne común.

Azote no busca el dramatismo de una gran intriga; su fuerza está en lo menudo, en la verdad de lo cotidiano, por momentos realmente divertida En cómo se cuenta, en cómo se nombra. Por eso la novela es también un gesto de conservación. Un trabajo minucioso con el lenguaje, como si cada palabra viniera recogida del campo, lavada en el arroyo, puesta a secar al sol. La lengua que Maldonado pone en boca de sus personajes es pura antropología viva. No hay artificio: hay precisión, respeto, memoria.

Y es precisamente en la capacidad de transmitir lo cotidiano donde se alcanza lo universal. El lenguaje que se emplea es el que nombra lo esencial —y lo esencial es igual en los cuatro puntos cardinales y en toda la tierra que une los polos.

Frente a la costumbre de escribir desde uno mismo, Maldonado da un paso atrás y presta oído a los otros. No hay vanidad en su mirada, sino gratitud. Lo que cuenta es suyo y no lo es: pertenece a un nosotros más hondo, a un tiempo en común que se deshilacha.

Azote es, también, un aviso. Mientras afuera la noria gira con furia —la prisa, la desconexión, el consumo—, esta novela propone detenerla. Escuchar. Reconocer en esas voces de conocimiento callada, que habla de cómo vivir, de qué cuidar, de dónde volver.

Y uno no quiere que se acabe el libro. Porque lo que dice Azote no se agota en su trama: queda en el aire, como los ecos de una conversación eterna que, por suerte, alguien supo escuchar a tiempo.

Título: Azote Autor: Antonio Maldonado / Editorial: Estrella del Norte Ediciones / País: España / Idioma: Castellano / Número de Páginas: 200 / Encuadernación: Rústica / Fecha de edición: 2025

 

Autor

Desde que me puse delante de una cámara por primera vez a los dieciséis años, he fechado los años por películas. Simultáneamente, empecé a escribir de Cine en una revista entrañable: Cine asesor. He visto kilómetros de celuloide en casi todos los idiomas y he sido muy afortunado porque he podido tratar, trabajar y entrevistar a muchos de los que me han emocionado antes como espectador. He trabajado de actor, he escrito novelas, guiones, retratado a toda cara interesante que se me ha puesto a tiro… Hay gente que nace sabiendo y yo prefiero morir aprendiendo.

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