«Asesinato de un fotógrafo» de Pablo Rosal

«Asesinato de un fotógrafo» de Pablo Rosal

Asesinato de un fotógrafo, de Pablo Rosal

 

Por Luis Muñoz Díez

 

Pablo Rosal es autor e intérprete del unipersonal Asesinato de un fotógrafo, cuenta con el apoyo en la dirección de Ferran Dordal i Lalueza, y de las imágenes que irán ilustrando la historia con precisión y acierto de Noemí Elías Bascuñana.

Ferran Dordal i Lalueza nos presenta al detective Julio Romero como un hombre elegante en forma y fondo que se enfrenta a un micrófono para hacer una introducción musical. Con su voz imita con destreza el sonido de una trompeta que no suena tan bien como debería.

A partir de ahí, sin tregua ni respiro, Pablo Rosal nos narrará como el detective Romero ha recibido un encargo por el método de deslizar un sobre por debajo de la puerta de su despacho, en una nota en la que el remitente le invita a acudir al hotel en que se hospeda, y en caso de que no este vivo, descubra quien es el responsable de su muerte.

El misterios encargo lo realiza Franz Ziegetribe, un fotógrafo que logró gran notoriedad en la década de los ochenta y los noventa, por logar la foto más inadecuada en el momento preciso, lo que no le grajeaba amigos entre los poderosos, que sin embargo le siguen respetando por temor a las imágenes inéditas.

Asesinato de un fotógrafo, de Pablo Rosal Foto ©Noemí Elias Bascuñana

Asesinato de un fotógrafo, de Pablo Rosal Foto ©Noemí Elias Bascuñana

En efecto, la premonición se cumple, y cuando Romero entra con total discreción en la habitación del fotógrafo está muerto. El escenario del crimen le llevará a sospechar de cuatro personas, su ex mujer dedicada a la política, con un pasado y un presente igualmente dudoso, el director del periódico en el que trabajó, quedando como enemigos públicos, y una pareja de sofisticados marchantes de arte responsables de comercializar su obra.

Como en las novelas de Ágata Christie todos ellos pueden ser los asesinos, y Romero después de hablar con los cuatro y el camarero del hotel, va sumando indicios que no le permiten descartar a ninguno, creando la intriga. El teatro pasa por un tiempo que afortunadamente es totalmente mestizo, aliado con cualquier manifestación artística, por lo que una novela narrada a viva voz por su autor no es nada inédito.

Pero a pesar de la intriga, que la tiene, de la elegancia como actor de Pablo Rosa, que cuenta con una voz bien timbrada y color propio, la eficacia de la dirección de Ferran Dordal i Lalueza, que marca al actor con acierto, y el aporte de las imágenes, que son una ventana que amplía el espacio, pronto comienza a pesar su legítimo lenguaje literario y pasada la media hora pensamos que Asesinato de un fotógrafo lo disfrutaríamos más si nos adentrásemos en la historia del asesinato del fotógrafo a través de la lectura de un libro.

Asesinato de un fotógrafo, de Pablo Rosal Foto ©Noemí Elias Bascuñana

Asesinato de un fotógrafo, de Pablo Rosal Foto ©Noemí Elias Bascuñana

La lectura con su precisa creación particular del lector no nos hubiera hecho apreciar el lenguaje tan similar que usan todos los personajes, tanto el detective como las y los interrogados, y no nos chocaría la manera de analizar la relación de «trío» de sus jefes y el fotógrafo, de su empleada de hogar que verbaliza un análisis digno de una psicóloga expresado con un lenguaje de filóloga.

El personaje de Julio Romero lo dibuja Rosal con todos los alicientes de hombre culto, sobrado e inteligente que habla con una agudeza superior y la palabra oportuna, este es un juego permitido en el género, porque los detectives que enganchan y enamoran son los que poseen la aureola de estar más allá del bien y el mal.

El final del espectáculo guarda una sorpresa, pero para configurarla el autor uniforma a todos los personajes de nuevo, con unas reacciones ante el hecho que eran un libro abierto, tanto para el fotógrafo como para el detective Romero, y en el azar desordenado reside la verdadera intriga.

La representación tiene un momento realmente delicioso cuando Pablo Rosal se marca una coreografía.

 

Asesinato de un fotógrafo, de Pablo Rosal Foto ©Noemí Elias Bascuñana

Asesinato de un fotógrafo, de Pablo Rosal Foto ©Noemí Elias Bascuñana

 

Asesinato de un fotógrafo estará en cartel del 13 al 23 de abril del 2023 en Sala José Luis Alonso del Teatro de la Abadía -Madrid-, más información AQUÍ.

Autoría e interpretación: Pablo Rosal Dirección: Ferran Dordal i Lalueza Fotografía: Noemí Elias Bascuñana

Concepto escénico y diseño de vestuario: Sílvia Delagneau Diseño de escenografía: Maria Alejandre Espacio sonoro y música: Clara Aguilar y Pau Matas Diseño de iluminación: Mingo Albir Ayudantía de dirección: Mònica Almirall

Equipo de realitzación de fotografías: Dirección artística: Maria Alejandre Asistente dirección artística: Oriol Duran
Gráfica: Pablo Shenkel Colaboración especial: Josep Maria Gassó

Agradecimientos: Albert Salord, Carla Schroeder, Irena Visa, Myrta Anadón, Ascensor Cocktail Bar, Bar Raïm, Galeria Esther Montoriol, Kipps Agramunt, Llibreria la Memòria, Llibreria Nollegiu, Primavera Sound y Transports Metropolitans de Barcelona

Una producción de la Sala Beckett

 

Este texto recibió una ayuda para la escritura teatral en la temporada 2020-21 de la Sala Beckett con el apoyo de la Fundación SGAE Siguiendo las pistas de una misteriosa nota seguida de un crimen, el detective privado Julio Romero recorre la ciudad encontrándose con una serie de personajes, todos ellos sospechosos del asesinato del fotógrafo Franz Ziegetribe. La observación y la intuición guiarán sus pasos. Toda escena de un crimen es una puesta en escena. Todo cadáver inaugura un relato. El relato es el discurso del criminal. Desmantelar un relato es encontrarse con el funcionamiento de la vida. De esta manera, asistiremos a un clásico proceso de investigación con todo el regusto del género noir adaptado a las leyes del teatro. El deleite por la traslación de dicho género a nuestro tiempo regado por una poética posmoderna constituyen el núcleo de la propuesta.

 

Autor

Desde que me puse delante de una cámara por primera vez a los dieciséis años, he fechado los años por películas. Simultáneamente, empecé a escribir de Cine en una revista entrañable: Cine asesor. He visto kilómetros de celuloide en casi todos los idiomas y he sido muy afortunado porque he podido tratar, trabajar y entrevistar a muchos de los que me han emocionado antes como espectador. He trabajado de actor, he escrito novelas, guiones, retratado a toda cara interesante que se me ha puesto a tiro… Hay gente que nace sabiendo y yo prefiero morir aprendiendo.

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