Por NACHO CABANA
Una de las numerosos aspectos positivos que está teniendo el acceso de mujeres a la dirección de largometrajes es la aparición de películas con un discurso que, de estar firmadas por un varón, acarrearían numerosas polémicas pero que quedan libres de toda sospecha (y su discurso reforzado) al ser dirigidas, por ejemplo, por una personalidad como Lena Dunham.
La creadora de Girls, que no firmaba un largometraje desde aquel Tiny furniture que tuvimos ocasión de ver en Americana hace unos años, ha presentado en las pantallas del Americana 2023 su último trabajo Sharp stick y el resultado no puede ser mejor.
Cuenta Dunham el tardío despertar a la vida y el sexo de Sarah Jo (una maravillosa Kristine Froseth), virgen con 26 años a pesar de tener una madre y una hermana para los que las relaciones íntimas no constituyen problema alguno. Y lo hace la directora y guionista primero a través de un más o menos convencional “affaire” de la protagonista con el padre del niño con síndrome de down al que cuida (memorable la secuencia donde Sarah Jo pierde la virginidad en el cuarto de la lavadora) para luego centrarse en el descubrimiento de la muchacha del porno on line y su adopción como guía en tan variado (y novedoso para ella) campo de acción.
Cambiando la admiración adolescente por los cantantes por la provocada por una estrella del cine para adultos e incorporando “Only fans” a la aplicación, Dunham logra una divertidísima comedia que debería demostrar a algunas de nuestras cineastas locales que, siendo mujer, se puede y se debe hablar de muchas más cosas que la maternidad y los cuidados (aunque Dunham también lo haga, reservándose de paso para ella el rol más desagradecido de la función). Y una gozada ver, de nuevo, en pantalla a Jeniffer Jason Leigh.
Mucho más radical si cabe es El club del odio de Beth de Araújo (Soft & Quiet en su título original, su traducción más exacta, vista la película, sería algo así como “Mona y calladita”). Una película que plantea en su comienzo lo que ocurre cuando, en la América trumpista y profunda, las señoras que se reúnen en el salón parroquial de la localidad rural donde transcurre la acción, en vez de comentar el libro correspondiente al club de lectura mensual se dedican a compartir, justificar y hacer crecer, entre risitas, su fascismo.
Sin querer hacer spoiler, la película deviene pronto en una visión envenenada de la “sororidad” femenina, de los roles automáticamente distribuidos en grupos afines aunque cuyos miembros no se conozcan apenas, de la violencia latente en la frustración no reconocida.
Contundente y pesadillesca, El club del odio es un cruce entre Big littles lies y Funny games, una home invasion feminista que pronto estará en Filmin y que es, desde ya, uno de los mejores títulos de Americana 2023.
Premios.
Premio del público ficción:
Riceboy Sleeps de Anthony Shim
Premio del público no ficción:
La belleza y el dolor de Laura Poitras
Premio del públic mejor corto:
TROY de Mike Donahue.
Premio de la crítica ACCEC:
Riceboy sleeps de Anthony Shim.
Mención especial de la crítica ACCEC:
Falcon lake de Charlotte Le Bon.
Premio del Jurado joven Next:
El club del odio de Beth De Araújo.