AMERICANA 2020 / 03: Hedonismo y suburbios.

AMERICANA 2020 / 03: Hedonismo y suburbios.

Por NACHO CABANA

“El mundo conspira para que yo sea feliz” dice Matthew McConaughey en un momento de The Beach Bum (literalmente “vago de playa”), la película de Harmony Korine que monopolizó la atención del sábado en el Americana 2020 que hoy finaliza en los cinemes Girona y el Zumzeig. En torno a esa frase se construye toda la odisea personal de Moondog un poeta multimillonario (sic) que deambula por Key West, Miami y los 95 minutos de metraje bebiendo, drogándose y follando (no necesariamente en privado).

Todo lo que le sucede al personaje central es abordado por Korine en función única y exclusivamente de su hedonismo, de su absoluta despreocupación por las consecuencias de los actos que provoca (o se encuentra) por muy trágicos que estos sean. Para Moonndog nada va más allá del placer fugaz; la vida y los demás como herramientas exclusivas de diversión personal. Un egocentrismo, por otra parte, muy milenial aunque el protagonista de The Beach Bum tenga una hija perteneciente a esta generación.

Korine filma con brillante descuido (y la ayuda de su director de fotografía Benoît Debie) su película sin perder ni un segundo de vista a McConaughey; entre los tres no solo consiguen sostener el metraje sino compartir con el espectador las ventajas de su visión del mundo. No hay moralina alguna en la historia asigada por mucho que esta lo provoque; tampoco conflicto. Todo es mar, mujeres en top less, casas de lujo, bares donde te tomarías más de una copa, veleros… Incluso el periplo carcerlario (y su vagabundeo previo) devienen en una fiesta. Glorioso el episodio protagonizado por Martin Lawrence como patrón de un barco turístico y amante de los delfines.

Puede resultarle comprensiblemente cargante a muchos espectadores, pero The beach bum es el antídoto perfecto a otras cintas vistas en el Americana 2020 como la ya comentada en estas páginas Honey boy de Alma Har´el o la enésima revisitación de Jay y Bob el Silencioso que hace Kevin Smith en Jay and silent Bob reboot.

Al director de Clerks le ha sucedido lo mismo que a Peter Jackson, ha perdido la inspiración junto con los kilos de más que configuraban su silueta pública. Y es bastante triste (a la par que aburrido) ver cómo los personajes secundarios que le acompañan desde su primera película han perdido en sus infinitas reencarnacione  el carisma y la gracia por muchos chistes (referenciales y autoreferenciales) que el director y guionista se empeñe en poner en su boca.

Apenas un par de gags, algún cameo y una frase memorable (“un reboot es como un remake pero cambiando algo y metiéndole diversidad étnica”) se salvan en una trama que traiciona la despreocupación marihuanera de los protagonistas al introducir a Jay en un manido argumento de paternidad traicionada y recuperada (zzz).

Intenta Smith además pasar revista a buena parte de sus buenas películas haciendo aparecer a los actores que las protagonizaron (la Joey Lauren Adams de Persiguiendo a Amy) al tiempo que criticar los numerosos errores de su filmografía (Yoga horses, Jersey girl) entre los que sin duda se encuentra este Jay & Silent Bob reboot.

Mucho más interesante, arriesgado y bizarro es cómo entienden Jocelyn DeBoer y Dawn Luebbe el universo de los suburbios estadounidenses en Greener grass. Al igual que Daniel Scheinert acertaba plenamente en el tono de The death of Dick Long, las dos directoras de la segunda de las películas del pasado festival de Sitges recuperadas por Americana en esta edición 2020 (la otra es Swallow) establecen pronto las fronteras de estilo de su largometraje y son fieles a este (más para bien que para mal) durante toda la proyección.

La vida en esas casas que compran y venden los gemelos Scott es para las también protagonistas de Greener Grass una sublimación de la hipocresía que conlleva la correción política. Un mundo donde todos los adultos llevan brackets, los hijos se convierten en perros (sin que nadie se altere) y la televisión emite programas de niños jugando con cuchillos.

En ocasiones Greener grass parece un episodio de Black Mirror y en otras una versión gringa de Amanece que no es poco. O un episodio de Mujeres desesperadas dirigido por David Lynch. Es un poco larga y le falta algo de contundencia en su desenlace pero no cabe duda de que es una buena muestra del acertado camino gamberro que la programación de Americana 2020 ha tomado en su programación de este año.

Autor

Escritor y guionista profesional desde 1993. Ha trabajado en éxitos televisivos como COLEGIO MAYOR, MÉDICO DE FAMILIA, COMPAÑEROS, POLICÍAS EN EL CORAZÓN DE LA CALLE, SIMULADORES, SMS y así hasta sumar más de 300 guiones. Así mismo ha escrito los largometrajes de ficción NO DEBES ESTAR AQUÍ (2002) de Jacobo Rispa, y PROYECTO DOS (2008) de Guillermo Groizard. Ha dirigido y producido el documental TRES CAÍDAS / LOCO FIGHTERS (2006) presentado en los festivales de Sitges, DocumentaMadrid, Fantasia Montreal, Cancún y exhibido en la Casa de América de Madrid. Ganó el premio Ciudad de Irún de cuento en castellano en 1993 con LOS QUE COMEN SOPA, el mismo premio de novela en castellano en el año 2003 con MOMENTOS ROBADOS y el L´H Confidencial de novela negra en 2014 con LA CHICA QUE LLEVABA UNA PISTOLA EN EL TANGA publicada por Roca Editorial. Acaba de publicar en México su nueva novela VERANO DE KALASHNIKOVS (Harper Collins). Su nueva serie, MATADERO, este año en Antena 3 y Amazon Prime.

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