En la imagen el actor Carlos Martín-Peñasco, en Allende, con dirección de Jessica Walker, y dramaturgia de Compañía Laboratorio Teatro. Foto Ulises Fontana
«Allende, cuyo significado es ‘más allá de’, abraza lo que nunca muere, luchando, creando poder popular»
Jessica Walker
Por Luis Muñoz Díez
Compañía Laboratorio, nos presenta Allende, y firma la dramaturgia de un espectáculo dirigido, iluminado y puesto en escena por Jessica Walker, que afirma en en el programa de mano: “Allende es un homenaje animal, visceral, a puro pulso y sentimiento al alma de Salvador”
Walker recrea un fragmento de la historia chilena, que marca su infancia. No es difícil imaginar lo que supone crecer con la ausencia del vacío que dejaron los desaparecidos, los mutilados, tantas mujeres y hombres jóvenes a los que se les paralizó la vida, después del dantesco espectáculo que supuso en forma y fondo, el golpe de estado de Pinochet.
Ese dolor irreparable se ha contado de varias maneras, nunca seran suficientes. En esta ocasión se hace en forma de cabaré bufo, en el paralelo innegable que tienen los atriles desde los que arengan los políticos, con los de los maestro que dirigen una orquesta.
El montaje está concebido como un musical, y la música esta presente durante toda la representación. Con la música se pedirá la libertad del pueblo chileno, y con música se torturará.
El resultado plástico es poderoso, en su reconstrucción de la estética de la época. En que en un acto de avasallamiento se bombardeó el Palacio de la Moneda, entrando el ejercito en la sede presidencial con tanques, y del que su presidente Salvador Allende, salió muerto. Con este hecho tan atroz, comenzaron las desapariciones de todo aquél que resultase sospechoso.

Esta imagen hiela el recuerdo de los cuerpos desnudos cayendo contra el cemento del Centro de detención Estadio Nacional de Chile «Allende» de Jessica Walker y Compañía Laboratorio Foto Ulises Fontana
La iluminación de Jessica Walter, y las proyecciones de Julia Aymar, dan cuerpo al dolorosos recuerdo del que aún, quedan las heridas abiertas. Los que se imponen por la fuerza, una vez que están instalados en el poder, no se conforman con hacer desaparecer a los que no piensan como ellos. Humillarlos, torturarlos y asesinarlos y, en un acto de poderío máximo, hurtan los restos a sus familias, quedando diseminados como si hubieran servido de alimento a las alimañas, en un acto de ninguneo máximo, a la dignidad humana.
Conoceremos a un Allende infiel por naturaleza, deseoso de tener un hijo varón, en constante polémica con su hija –Roser Vallvé-, que le reprochaba los pactos a los que ha de llegar todo político para estar o conservar el poder en un parlamento democrático, y le reclama la intervención del cobre, que ha de ser patrimonio de los chilenos, como cimiento de un estado socialista. Sin sopesar qué, la situación política de Chile, no es la de Cuba.

El enfrentamiento de Allende Carlos Martín-Peñasco, con su hija -Roser Vallvé-, es un duelo de sangre, muy bien interpretado Allende de Jessica Walker y Compañía Laboratorio Foto Ulises Fontana
Para Allende, cirujano de profesión, no fue fácil llegar a ser el primer presidente marxista del mundo, elegido por las urnas, en un estado democrático y de derecho. Un hecho que inquietó a la administración norteamericana, porque de alguna forma era como si el poder de la URS hubiera abierto una puerta por el sur, y no como Cuba, sino, por la vía democrática.
Jessica Walker, para plasmar lo anterior, y en consecuencia el golpe de estado de Pinochet, dirigido nada menos que, por un premio Novel de la Paz norteamericano. Lo hace con un aguafuerte en que solo permite el color de verde oliva militar, y el rojo de la sangre, o del marabú, con unas escenas que sobrecogen, y ella, contrapone con acierto la oscuridad de unos hechos de todos conocidos. Sazonando el atropello con un mundo simbólico, con un Pinochet –David Soler Close– que se le antoja tomando el poder, con un casco y un slip verde oliva, recreado el dictador en un cuerpo joven bien formado, que parece simbólico como el espejismo con el que, nos confunde el capitalismo.

A Jessica Walker se le antoja un Pinochet -David Soler Close-, con slip y casco verde Oliva, un traidor máximo a Allende -Carlos Martín-Peñasco- Allende de Jessica Walker y Compañía Laboratorio Foto Ulises Fontana
En Allende está presente Víctor Jara, su música y su palabra, esta significado el pueblo con esa madre adoptiva de Allende, que representa Carola Zafarana, con su música en directo.
El montaje otorga voz a las mujeres que se preguntan, si seguimos en 1973 o estamos en 2019, porque los desaparecidos no han vuelto, ni han pagado su culpa los traidores, y en un numero musical hilarante, interpretado por Roser Vallvé, Carlos Martín-Peñasco y Paloma Remolina de tacón, pluma y cocaína. Se reivindica la diferencia en la opción sexual. El acto revolucionario que significa mostrarse tal y como uno se siente, otorgando su dignidad a putas, trábelos y maricas, que hasta hace poco no cabían en ningún arco político.

Los actores Roser Vallvé, Carlos Martín-Peñasco y Paloma Remolina, extraordinarios, en su reivindicación del tacón y la pluma en «Allende» de Jessica Walker y Compañía Laboratorio Foto Ulises Fontana
El cabaré bufo y musical, que nos atornilla a la butaca durante toda la representación suscitando emoción, asombro, temor, e incita a esa risa, que intenta exorcizar el miedo.
La Compañía Laboratorio con Jesssica Walker al frente, tiene cuño propio, sus trabajos pertenecen a un imaginario creativo propio, en que la música, la luz y la imagen tienen una fuerza contundente en su valor de lo inasible, pero la pieza está salpicada de pinceladas de humanidad que sobrecogen, por la emoción o por impotencia.
El reparto es impecable, cada entrada en el escenario en solitario es un nuevo aliciente, y cuando lo hacen en grupo es digno de una apoteosis. Sus nombres figuran en la ficha, y sería imposible describir un trabajo, que es magnético y extraordinario.

En numero de cabaret, para señalar con la frivolidad con que se puede avasallar a un país “Allende” de Jessica Walker y Compañía Laboratorio Foto Ulises Fontana
Allende, estará programada los días de marzo en la Sala Nave73 -Madrid-, mas información AQUÍ.
DIRECCIÓN Y PUESTA EN ESCENA Jessica Walker DRAMATURGIA Compañía Laboratorio Teatro INTÉRPRETES Julia Aymar, Lluls Gutiérrez, Carlos Martín-Peñasco, Yannick Munch, Celeste Ramos, Paloma Remolina Gallego, David Soler Close, Roser Vallvé, Carola Zafarana
DISEÑO DE LUCES Jessica Walker PROYECCIONES Julia Aymar MÚSICA EN DIRECTO Carola Zafarana APOYO TÉCNICO Ulises Fontana, Samuel Dávalos FOTOGRAFÍA Y DISEÑO GRÁFICO Ulises Fontana