Por NACHO CABANA.
Iba para arquitecto pero, siendo hijo de quien es, construir edificios era una meta difícil de conseguir. Heredero de una de las mayores leyendas que la música ranchera ha dado a México, Alejandro Fernández debutó con apenas diez años y de la mano de su padre Vicente Fernández ante 10.000 personas pero no fue hasta 1992, con la publicación de su primer álbum homónimo, que inició su carrera en solitario.
Una carrera en la que su principal acierto, además de dominar una voz prodigiosa, ha sido abrir (sin renunciar en absoluto a ello) el espectro de música regional a la balada pop romántica y al bolero.
El fallecimiento en 2021 de “El Charro de Huentitán”, como era conocido su progenitor dejó a “El potrillo”(llamado así por el nombre que tenía el rancho de su padre, “Los potrillos”) no solo huérfano de mentor sino también creándole la necesidad relevarle como embajador de la música mexicana en el mundo.
Hacía, por tanto, falta una, llamémosle así, “ceremonia de confirmación” que tuvo lugar el pasado 20 de mayo en Plaza Monumental, 39 años después de un histórico concierto de su padre en el mismo coso taurino durante el cual llovió como solo llueve en la Ciudad de México.
Y, también bajo una espectacular tormenta y ante 50.000 personas, Alejandro Fernández “tomó la alternativa”, dejando atrás definitivamente los problemas de adicción que tantos ríos de tinta hicieron correr en la prensa rosa, comenzando la gira que ahora le trae a nuestro país y que recalará en Barcelona el próximo martes 27 de junio en el Palau Sant Jordi tras haber arrancado en Madrid el día 17 del mismo mes, estar hoy en el Marenostrum Fuengirola, el 24 en el Recinto de Conciertos de Almería y el 25 en Icónica Sevilla Fest. Después la cita catalana, dentro del Festival del Mil·lenni, Fernández actuará el 28 en el Estadio el Malecón de Torrelavega y el 1 de julio en el Recinto Portuario de Santa Cruz de Tenerife.
Hace cinco años que Alejandro Fernández no visita nuestro país y en este nuevo espectáculo titulado Amor y patria’ compartirá con sus fans grandes éxitos como Me dediqué a perderte, Tantita pena o Como quien pierde una estrella… y quizás alguna sorpresa relacionada con los, ahora tan en boga, “corridos tumbados”.
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