Alberto San Juan escribe y dirige el Nuevo Diálogo Contemporáneo de la Compañía Nacional de Teatro Clásico: Macho grita, que revisa la historia española a partir del mito de Don Juan.
A veces, casi siempre, siempre, al poder le interesa que se haga una lectura simple y a corto plazo de cualquier problema que afecta a la sociedad, con el fin de usar el argumento aquí y ahora para vendernos la idea mágica de que si los votas con ellos llegará la solución, cometen un error, y lo saben. La historia de un país, con mayúsculas, únicamente les interesa a los estudiosos que viven en su torre de marfil de las universidades, y sus conclusiones están por escrito pero tan ricamente puntualizadas que se ahogan su propia lucidez.
San Juan de alguna manera ilumina la torre de marfil y propone al espectador mirar con altura para ver con perspectiva lo que se conoce en parte o se ignora en su totalidad, y nos presenta una reflexión extensa en el tiempo, profunda y abierta sobre los exilios, interiores o ciertos. Lo hace con la enjundia de una clase magistral con música, y lo logra porque lo aborda desde la sencillez de lo cierto.
Los vencedores a los que se quedan les toleran hacerlo, pero se les obliga a vivir en el silencio, que con el tiempo anida un complejo de culpa ilegítimo. Se comete un acto de abuso inclemente e irreparable de por vida, negándoles su paisaje, sus sabores y el color con el que han mirado y sentido en sus despertares.
San Juan como autor y como actor les otorga en su interpretación bicéfala a don Juan y a don Luis una condición de autómatas elementales como babuinos. Abanica a Don Juan cualquier polvo de estrellas y le despoja de su halo romántico en su reto entre “machos”. Y disipado el «laurel de proeza» destapa el tarro de las esencias, que de pronto huele a muerto, a sangre y dolor infringido, por el olor que desprenden los cadáveres de los machos muertos con lo que midieron su hombría, y a sangre y dolor por todas las mujeres burladas.
En su coherente asociación de ideas, inicia su mirada en el umbral de lo que luego se llamó España. Nos recuerda lo que a nadie importa, que Isabel -la reina católica- acordó con Boabdil como condición para la entrega de las llaves de Granada, que a sus nuevos súbditos se les respetaría su religión, y ahí en Macho Grita se nombra por primer vez la palabra «exilio».
El reino de España en teoría solo tuvo una reina natural de la península, y fue Juana, encerrada hasta su muerte por loca o por los intereses de poder, primero de su padre Fernando -también rey católico-, y después de su hijo Carlos. A partir de ahí con el reinado de su hijo, la casa Austria reinó y campeó por tierras y fortunas, para emplear el oro de América o el rendimiento del fruto de la tierra, en guerras santas, tan peregrinas como recuperar la lanza de Longinos o el arca de la alianza.
El trono y la iglesia mano con mano, codo con codo, han administrado la península como una finca, bien sé que este mal no es únicamente hispano, pero es el dolor de los exilios obligados de moriscos y judíos y hasta los de la Guerra Civil del 36.
San Juan hace la reflexión desde la hondura, presentada como un espectáculo musical impecable, en que el actor solapa monólogos con la música, y las canciones que interpreta, fundiéndose sin sentir, acompañan en el escenario durante toda la representación por cuatro músicos de calidad, como son Claudio de Casas, Miguel Malla, Gabriel Marijuán y Pablo Navarro.
Al excelente resultado del espectáculo contribuyen el trabajo del espacio escénico y el vestuario, firmado por la compañía y la calidad de la iluminación de Raúl Baena y Eduardo Vizuete, y el callado pero imprescindible trabajo de la ayudantía de dirección, de la que se ha hecho cargo una mujer de teatro todo terreno como es Carlota Gaviño.
Grita Macho según las palabras de su creador, es «un intento de entender cómo se construye el sistema de poder jerárquico que nos gobierna, cómo se construye lo Macho —entendido como voluntad de dominio—, en este territorio llamado España».
Les aseguro que si tienen la oportunidad de asistir a una representación comprobarán que San Juan es absolutamente fiel a la hora de materializar su propósito. Y lo hace con una factura de calidad impecable, con un dominio de los recursos escénicos de cuño propio, que lo hace único, aunque haya otros.
Macho Grita, está programada del 16 de enero al 27 de febrero de 2024, en el Teatro Pavón de Madrid, más información AQUÍ.
*La pieza se se pudo ver del 4 al 14 de mayo de 2023 en la Sala Tirso de Molina del Teatro de la Comedia, en el que a través de la música busca superar los pronombres personales y «desembocar en algo que, sin dolor ni vergüenza, podamos llamar vida». Además, el miércoles 10 de mayo tendrá lugar un encuentro con el público.
Ayudante de dirección: Carlota Gaviño Ayudante de producción: Lucia Rico Alumna en Prácticas Cristina Martínez Una coproducción de la Compañía Nacional de Teatro Clásico y EQM Serveis Culturals, que cuenta con al patrocinio de Loterías y Apuestas del Estado.