Alacrán Enamorado es la segunda película de ficción de Santiago A. Zannou, tras El truco del manco, en medio un documental dedicado a su padre y al averno que nos condenan nuestros recuerdos con los que forjamos culpas que jamás existieron y que no nos permiten vivir, olvidando que fuimos víctimas y no verdugos. El título del documental hace referencia a la puerta por donde salían los esclavos rumbo a América: La puerta de no retorno, y que nos recuerda que la esclavitud existió hace menos tiempo de lo que creemos si se echan las cuenta por generaciones y no por años.
La crítica de Alacrán Enamorado es difícil de hacer, porque es una película que encierra las mejores intenciones partiendo de la novela del mismo nombre de Carlos Bardem, y con un guión escrito por el propio Carlos Bardem y Santiago A. Zannou. En el argumento los protagonistas son el boxeo, los desheredados y los jóvenes de poco arraigo a los que grupos de extrema derecha reconduce su frustración y su agresividad hacia las ideologías políticas derivadas del nazismo que culpan al «diferente» de todos sus males. ¿Que es una falacia? está claro que el boxeo, el toreo y el ciclismo han sido formas de salir de la miseria también.
Partiendo de los antecedentes como cineasta de Santiago A. Zannou y de las buenas intenciones de la historia en que se inspiran la cinta, y dando por sentado que lo que cuenta es cierto y merece adhesión inquebrantable. Si juzgamos Alacrán Enamorado sólo por lo que vemos en la pantalla, diría que no me ha emocionado, como era de esperar. Ni el director ha sabido crear el enamoramiento entre espectador y personajes tan necesario para sentir empatía por esa Julieta y ese Romeo que luchan por su amor y su supervivencia, contando con que Judith Diakhate y Álex González realizan una interpretación irreprochable y ponen al servicio de los personajes su gran atractivo físico.
La película no cala a pesar del gran trabajo que hacen la pareja de actores ya citados, el muy correcto Miguel Ángel Silvestre, la más que brillante actuación de Carlos Bardem, y la de quien es la gran revelación de la película, el actor Hovik Keuchkerian, dueño del gimnasio, y el que pone luz, colorido y esperanza en tan desolado paisaje. Artífice y redentor del protagonista, al que otorga la posibilidad para cambiar y dejar de ser un mandao descerebrado a poder discernir por sí solo y disfrutar de una dignidad más allá de que llegue o no el éxito deportivo.
Hay que reconocer a Zannou su buena mano para dirigir a los actores, pero las interpretaciones de algún modo son estériles, porque es una historia que tendría que doler sólo por la indigación que producen las dos palizas a marginados golpeados con saña o las arengas tan bien dichas por Javier Bardem, que pone cara y gesto a un líder neonazi, cínico y arribista más allá casi de su nauseabunda ideología. Alacrán Enamorado no te revuelve lo suficiente, quizá porque Zannou ha arriesgado poco a la hora de retratar una realidad tan áspera, su dirección es en todo momento correcta, pero a mi gusto académica.
Quizá el verdadero empeño y mérito de Alacrán Enamorado esté en demostrar que siempre hay salida y no olvidar lo ya sabido.
Alacrán Enamorado (2013) de Santiago A. Zannou se estrenó el 12 de abril de 2013.
