“Adolescencia infinita” Joan Collado Jesús Muñoz y Pau Pons

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Momento de ruptura en el que la hija convence a su padre (Jesús) de dejar la cena con suegros y cuñados para ir a la discoteca Infinity, bajo la atenta mirada de Javi y Joana. Foto: Nerea Coll.
Momento de ruptura en el que la hija convence a su padre (Jesús) de dejar la cena con suegros y cuñados para ir a la discoteca "Infiniteen", bajo la atenta mirada de Javi y Joana. Foto: Nerea Coll.

La compañía valenciana Pont Flotant, con texto y dirección de Joan Collado, Jesús Muñoz y Pau Pons, presenta en Adolescencia infinita un retrato lúcido de la adolescencia, esa etapa que nunca desaparece del todo y que, de una u otra manera, nos sigue habitando. El montaje arranca con una conversación entre Jesús Muñoz y Joana Alfonso sobre un sueño en el que el primero regresaba a la adolescencia. Esa anécdota abre la puerta a una reflexión que atraviesa toda la función: en cada adulto conviven el niño, el joven y el adolescente que fue, y según la circunstancia aflora una de esas edades.

Los adolescentes aparecen en escena tal y como los reconocemos: escondidos tras sudaderas con capucha, esquivos cuando están solos, pero ruidosos y seguros entre iguales. Orgullosos de pertenecer a una generación que se define en contraposición a las anteriores —un clásico adolescente—. Son tiranos con sus padres cuando quieren imponer su voluntad, pero también vulnerables y necesitados cuando enferman o se sienten desprotegidos. En su mundo, la amistad y la sinceridad se viven como valores absolutos e irrompibles.

Un recurso escénico muy efectivo es el uso de muñecos que reproducen a los adolescentes como clones.
Un recurso escénico muy efectivo es el uso de muñecos que reproducen a los adolescentes como clones. “Adolescencia infinita” de Pont Flotant Foto ©Nerea Coll

La obra contrasta esa intensidad juvenil con la resignación adulta. Los adolescentes creen que sus adultos son como son por elección, mientras que todos sabemos que es lo contrario: la vida suele arrastrarnos, dejando los vínculos reducidos a rutinas familiares y a amigos que se vuelven números en una agenda. Frente a esa espiral de alienación, los argumentos adolescentes resultan incómodamente certeros: los adultos estamos atados, pero nadie sabe muy bien por quién.

Un recurso escénico muy efectivo es el uso de muñecos que reproducen a los adolescentes como clones. Con la acertada iluminación de Marc Gonzalo y la escenografía y vestuario de Joan Collado, logran que, cuando callan y observan, parezcan reales. Cuando hablan, lo hacen con una contundencia aplastante que desarma a los adultos. La función, sin disimulo, toma partido por ellos y plantea un espejo para que cada espectador reconozca al adolescente que aún lleva dentro.

Jesús se convierte en un auténtico abogado defensor de esa etapa, evocando su propia adolescencia ruidosa y gregaria, mientras que Joana se erige en fiscal, afirmando que los adolescentes son deformes, parásitos y que huelen mal. Ella recuerda haber sido todo lo contrario: discreta y prudente, aunque coincide con Jesús en que le gustaba encerrarse en su cuarto y aislarse de su familia y del mundo. Incluso hablaba con sus amigas por teléfono debajo de la sábana, lo que evidencia que su adolescencia fue, al final, como todas. Ahora, por echar leña al fuego, dice que si ve a un adolescente se cruza de acera.

Joana agobiada en el metros por dos adolescente totalmente reales. “Adolescencia infinita” de Pont Flotant Foto ©Nerea Coll
Joana agobiada en el metros por dos adolescente totalmente reales. “Adolescencia infinita” de Pont Flotant Foto ©Nerea Coll

La puesta en escena acierta en reproducir discusiones familiares tan hiperbólicas como reconocibles. Escenas que arrancan la risa por su exageración pero que acaban revelando verdades incómodas: padres que exigen confianza pero se sienten incómodos cuando reciben detalles sobre sus experiencias sexuales, y aconsejan que no hay que ser tan explícitos, o hijos que manipulan con naturalidad para cambiar el rumbo de la noche familiar.

En ese terreno, Javi Vega, con su guitarra colgada o desde la mesa de sonido, es primero el compañero de adolescencia —recuerda que le llamaban Lobezno— y después el DJ que desde la mesa de mezclas genera un clímax de comunión entre padres e hijos. Una de las escenas más hilarantes muestra a una hija que convence al padre para que no vaya a casa de sus suegros, donde celebran que su cuñado tiene un coche nuevo, e irse de fiesta con ella; será el propio padre quien arrastre también a la madre a la discoteca.

El elenco —dando la cara o dando voz y movimiento a los adolescentes— realiza un trabajo cuidado al milímetro: Joana Alfonso, Yolanda García, Jesús Muñoz y Javi Vega, que además es responsable de la composición musical junto a Adolfo García, encargado del espacio sonoro.

Adolescencia infinita funciona porque es divertida, ágil y, sobre todo, honesta. Pont Flotant tiene un carácter “casi” didáctico, no para moralizar sino para evitar demonizar una edad que sería un error estigmatizar, porque el adolescente que fuimos sigue residiendo en nosotros. Jesús, con un tono cañero, es la voz que evidencia que la función está del lado de los adolescentes, mostrando con humor y complicidad que ese tiempo nunca se va del todo. La obra es, en definitiva, un acierto: conmueve, divierte y obliga a mirarnos en un espejo que a veces incomoda, pero siempre reconoce.

La discoteca "INFINITEEN”, donde los padres encontraran su adolescencia infinita, en silueta Joana Javi, Jesús y Yolanda
La discoteca “Infiniteen” donde los padres recuentran su “Adolescencia infinita”, en silueta Joana Javi, Jesús y Yolanda. “Adolescencia infinita” de Pont Flotant Foto ©Nerea Coll

Adolescencia infinita está programada del 16 al 26 de octubre de 2025 en la Sala José Luis Alonso de el Teatro de La Abadía Madrid

Texto y dirección: Joan Collado, Jesús Muñoz y Pau Pons Reparto: Joana Alfonso, Yolanda García, Jesús Muñoz y Javi Vega / Escenografía y vestuario: Joan Collado Iluminación: Marc Gonzalo (AAIV) / Espacio sonoro: Adolfo García Composición musical: Adolfo García y Javi Vega Asesoría artística: Fermín Jiménez

Diseño gráfico y audiovisual: Joan Collado Fotografía: Nerea Coll Vídeo promocional: Nacho Carrascosa Asesoría de contenidos: Berta Pérez, Merche Sánchez de las Matas, Imma Serrano y Pau Tarrés Voces en off: Neus Ivars, Nerea llopis, Zack López, Germán Ordóñez, César Tirado e Iria Trashorras Producción: Escalante sobre creación de Pont Flotant Colabora: TEM (Teatre El Musical)
Agradecimiento especial a: Maribel Saiz, Mara Blanco, David Llago, Martina Hernández, César Sanchis, Pau Sanmartín y a todes les jóvenes y adolescentes que han colaborado a lo largo del proceso

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Luis Muñoz Díez

Desde que me puse delante de una cámara por primera vez a los dieciséis años, he fechado los años por películas. Simultáneamente, empecé a escribir de Cine en una revista entrañable: Cine asesor. He visto kilómetros de celuloide en casi todos los idiomas y he sido muy afortunado porque he podido tratar, trabajar y entrevistar a muchos de los que me han emocionado antes como espectador. He trabajado de actor, he escrito novelas, guiones, retratado a toda cara interesante que se me ha puesto a tiro… Hay gente que nace sabiendo y yo prefiero morir aprendiendo.

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