7 cajas se encontraba lista para su presentación en junio de 2011, sin embargo, una vez fue conocida su participación en el Festival Internacional de San Sebastián (festival donde se alzaría con el premio «Cine en construcción»), hubo de retrasarse su estreno. La última película de los directores Juan Carlos Maneglia y Tana Schémbori, que ya fuese nominada a los Goya de este año como mejor película iberoamericana (fusión de los idiomas castellano y guaraní), nos traslada al año 2005, concretamente al famoso Mercado 4 de la ciudad de Asunción (Paraguay), multicultural punto de venta en el mismo corazón de la ciudad donde viven unas 500 personas y lugar perfecto para recrearse en las historias de supervivencia que han de desarrollarse día tras día a lo largo de sus infinitos pasillos. Una de las figuras más curiosas de este mercado, los carretilleros, aquellos que se ofrecen a llevar los productos de los compradores a cambio de un puñado de monedas, despertó el interés de Juan Carlos Maneglia años antes de emprender el rodaje de esta película. Tras un tiempo observando a los mismos surgió 7 cajas, un thriller de acción (al menos oficialmente porque encajar a esta película en un solo género resulta sin duda complejo), que se convirtió al poco de su estreno en la película más vista en su país de origen, superando en taquilla a la mismísima Titanic.
Víctor es un carretillero que trabaja en el Mercado 4 y que sueña con convertirse en un chico famoso. En uno de esos días en los que el trabajo parece escasear, recibe un extraño encargo: transportar siete cajas de madera de contenido desconocido a cambio de un billete de cien dólares americanos.
Aunque son muchas las bazas a favor de esta película, quizá sea esa perfecta comunión entre actores y lugares la más interesante de todas ellas; o casi mejor dicho, entre actores y localización, porque 7 cajas se desarrolla íntegramente en ese mercado 4 de la ciudad de Asunción que tanto fascinó en su momento al director. Y es que los personajes de esta historia consiguen mimetizarse a la perfección en ese ambiente gris propio del famoso mercado paraguayo donde los colores, las texturas y, cómo no, la iluminación consiguen dotar al lugar de un halo tosco, sucio, casi tóxico, gracias al cual los espacios hace tiempo dejaron de comportarse como contextos para transformarse en personajes protagonistas de la narración.
Pero otro de los puntos fuertes de 7 cajas se encuentra en su propia realización. Juan Carlos Maneglia y Tana Schémbori adoptan más de un riesgo con la cámara y con la edición a costa de arriesgados planos y de un montaje más propio del mundo publicitario en un conjunto de secuencias que consiguen romper de forma reiterada con esa narración mucho más clásica del resto del metraje. Unos contrastes que podrían desentonar con el conjunto de la película, pero muy por el contrario terminan dotando a la misma de una personalidad propia que enriquece sin duda el conjunto de toda la cinta.
Todo en su realización está pensado para despertar una cierta inquietud. Juan Carlos Maneglia y Tana Schémbori son conscientes de la importancia de recrear unos ambientes adecuados ayudados no sólo por la música y los encuadres, sino también por un montaje que refuerza ese clima de thriller necesario en una historia como ésta.
La narración resulta ágil y el trabajo actoral convincente (especialmente el de una Lali González que consigue eclipsar con creces al protagonista Celso Franco); quizá sea el tratamiento de la historia el punto más débil de todos ellos. No en vano si algo se resiente en el conjunto de esta narración es el hecho de desvelar el mayor interrogante de la misma (el contenido de las siete misteriosas cajas) de un modo quizá demasiado prematuro. Y es que una vez conocemos el contenido de las mismas, el interés por la historia, aún sin desaparecer en ningún momento, termina perdiendo un buen puñado de enteros.
Pese a todo ello 7 cajas se convierte en la mejor carta de presentación de un cine paraguayo fuertemente castigado en el mercado internacional, un cine minoritario que demuestra, una vez más, que el talento nada tiene que ver con los números, ni siquiera cuando los mismos se encuentran delante de ese frío signo del dolar que tanto parece condicionar a miles de películas.
7 cajas (2010), de Juan Carlos Maneglia y Tana Schémbori, se estrena en España el 1 de mayo de 2013.
Tiene muy buena pinta¡¡