A Coral Igualador que sabe, que vivir es un experimento

A Coral Igualador que sabe, que vivir es un experimento

En la imagen Coral Igualador, que sabe que vivir es un experimento Foto de Ruy de Jullian

 

Por Luis Muñoz Díez

Un artista extraordinario, representaba un singular monólogo en una de las incontables salas del circuito off de madrileño. Yo, llegué con tiempo y me senté en un banco bajito e imposible que tenía por respaldo una pizarra en uso. A pocos minutos de la hora fijada para la función me interesé por si se esperaba más público. La respuesta fue diáfana y segura: No, pero ha dicho el actor, que hará la función si es necesario sólo para ti.  Yo: “que no, que de ninguna manera”, ella, que la decisión no era suya y que ella entraría también. Andábamos en este tira y afloja, cuando de pronto se abrió la puerta de la calle, primero se coló el frío de la tarde de invierno que era, y con él entró una mujer morena, con unos leggins y anorak negros. Ya éramos dos para ver la función. La mujer de negro, en décimas de segundos se convirtió en mi aliada. Nos resistíamos a que el artista hiciera semejante esfuerzo para dos, tres espectadores. A punto de dar la hora se volvió a abrir la puerta, y ahora con el frío de la tarde de domingo que era, venía una pareja con la preocupación de llegar tarde, entró preguntando si habría dos entradas para ellos.

La mujer de negro y yo nos miramos, las cartas estaban echadas, nos tocaba guardar silencio y entrar en la sala. La representación fue un acto gozoso, pasamos de la emoción al llanto. Borja había logrado el prodigio, y si eso había sucedido, los planetas se aliaron para que la mujer de negro fuera simplemente Coral, y nos hiciéramos inseparables, fue un entendimiento a primera vista.

La función de Borja, compacta y mágica, era la medida del off que esconde joyas y empeños imposibles. Ese sería nuestro entorno. Coral comenzó a escribir en La Tarántula, y yo acudía a la Usina, donde representaba un par de funciones y un infantil.

Pero, el momento en que descubrí la verdadera naturaleza de esta mujer, y caí rendido para siempre, fue cuando asistí a un espectáculo conformado por diversas performance titulado “Acompañantes 2”. Coral en el centro de la sala, jugaba a rayuela, con sandalias y vestida de fiesta. Practicaba su juego concentrada y ajena al numeroso público que pasaba a su alrededor.

Así es Coral. Su concentración y su empeño ejercieron un poderoso magnetismo sobre mí, en ese momento supe que esa mujer morena de piel muy blanca, llegaría a donde se propusiera, juntaba los labios con fuerza para realizar cada maniobra de una casilla a otra, y su forma de actuar me desveló, que sin fisura con el mismo afán que jugaba su juego, sortearía las dificultades, encontraría caminos e improvisaría escaleras.

Hemos llegado a una extraña comunión en que sin datos sabemos de quién o de qué estaba hablando, hemos sido peregrinos atentos por el tortuoso circuito teatral sazonado con el momento personal que nos tocaba vivir. Nos hemos sentado en las sillas de todos los teatros off de Madrid, y en los terciopelos de los teatros de telón, buscando, siempre buscando, porque ambos somos curiosos, tozudos e inasequibles al desaliento.

Esa curiosidad nos ha hecho disfrutar de momentos de emoción y cogernos soberanos cabreos, y sobre todo nos hemos reído mucho, porque ambos sabemos reírnos de nosotros mismos, y respetar a los demás.

A mí me hacía mucha gracia, Coral conocía a todos los actores de Madrid, porque había hecho un corto con ellos, es hormiga y atesora conocidos y conocimientos, y cuando los precisa, los busca y los haya.

Hay quien dice que es ambiciosa, y yo afirmo que lo es. La ambición es una forma de perseguir la utopía, y si eso es ser ambicioso, yo también lo soy, porque la vida no se vive en borrador, hay que mojarse y buscar con ahínco todo el abanico de colores, los reparos y la falta de ganas es por donde se cuela el marrón de la decadencia.

He de añadir que es muy cabezota, tanto como yo, pero no es de las que pide opinión hasta que encuentra alguien que le dé la razón, ella hace lo que cree conveniente y punto.

Coral es fertil escribiendo, y muy delicada a la hora de dirigir, como actriz es generosa, cuando encarna un personaje se olvida de si misma, de su cuerpo. Se deja poseer en una mezcla de Anna Magnani y Rafaela Aparicio en «Mamá cumple 100 años». De la Magnani tiene el coraje de estar anclada a la vida, y de la gran Rafaela la mirada de niña que nunca estará de vuelta de nada.  No pertenece a ninguna escuela porque lo que hace no se puede aprender, es la vida que en ella rebosa.

Bueno corazón, sabes que eres del puñadito de las personas a las que quiero, y cuando el cariño es de ley, los fracasos y los éxitos se viven como algo propio, por lo que te estoy muy agradecido, por las grandes satisfacciones que me has dando siempre.

Ya has triunfado, que es lo difícil, ahora únicamente falta el reconocimiento, que ya anda tocando tu puerta. Llegará en cualquier momento, y tú como mujer coqueta y agradecida lo recibirás como merece, pero como también eres una mujer inteligente, en su momento le dirás que te disculpe porque tienes que seguir con tus experimentos.

Felicidades, que cumplas muchos más, y que yo te pueda felicitar un puñadito de ellos.

 

En la imagen Coral, feliz con un cuadro que le regaló de Luis Turpín, una orla con los actores que hasta ese día habían pasado por El Experimento.

En la imagen Coral feliz, con un cuadro regalo de Luis Turpín, una orla con los actores que hasta ese día habían pasado por El Experimento.

Los actores de la orla o «Chic@s Igualador« son Ale Cherish, Ana Del Val, Álvaro Doñate, Antonio Carrera, Asier Vázquez, Bárbara De Lema, Cachito Noguera, Elena Gracia, Elena Ribeiro, Emilio Macías, Eva Caballero, Fran Gil, Fran Valcarce, Fernando Bodega, Isabel Martín-Casero, Jean Cruz, Jennifer Rubio, Jose Polo, Kees Harmsen, Lara López Muñiz, Laura Vaca, Laura MarLo, Lau Firpo, Lidia Bartolome, Luis Turpín, Macarena Regueiro, Manuel Enríquez, Mara Ballestero, Mario AG, Marta FuenarMateu Bosch, Mercedes Salvadores, Micaela Quesada, Oscar Goikoetxea, Pablo Tercero, Pablo Remiseiro, Paco Jaen, Raquel Guerrero, Raul Ferrando, Rodrigo Villagrán, Susana Álvarez, Tim Verardi y Yeyo Bayeyo.

 

La función El Experimento o el problema de la Zapatería se representa desde el de septiembre de 2017 en el Teatro Quevedo de Madrid, más información de fechas y horarios aquí.

Autor

Desde que me puse delante de una cámara por primera vez a los dieciséis años, he fechado los años por películas. Simultáneamente, empecé a escribir de Cine en una revista entrañable: Cine asesor. He visto kilómetros de celuloide en casi todos los idiomas y he sido muy afortunado porque he podido tratar, trabajar y entrevistar a muchos de los que me han emocionado antes como espectador. He trabajado de actor, he escrito novelas, guiones, retratado a toda cara interesante que se me ha puesto a tiro… Hay gente que nace sabiendo y yo prefiero morir aprendiendo.

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