Fuenteovejuna no perdura por la clemencia regia, sino por el estallido de Laurencia, que hace de la rebeldía femenina la voz eterna de la dignidad colectiva.
Rakel Camacho: Fuenteovejuna es piel, carne, huesos. Es la humanidad lanzando y recogiendo una pregunta imposible de responder: ¿cómo acabar con la violencia?
“Arder y no quemarse” (440 años del Teatro Español de Madrid) celebra más de cuatro siglos del teatro en activo más antiguo de Europa
Señalando el buen oído de las autoras, y la forma en que reproducen el leguaje popular.
“El poder es adictivo, y quien lo alcanza busca figurar entre los salvadores históricos; para ello, controlar el relato es imprescindible.”
Jaime Gil de Biedma: “Pero también la vida nos sujeta porque precisamente no es como esperamos”
