SITGES 2025: Alpha, Corazón de tinieblas y The home.
Por NACHO CABANA.
Comenzó el Festival de Cine de Sitges con la proyección de Alpha, la nueva película de Julia Ducournau. Tras de ganar Palma de Oro en Cammes con una película tan radical, arriesgada y original como Titane, el reto de la directora resulta obvio: ¿qué hacer después?. Salvando las distancias, Tarantino tuvo el mismo conflicto tras el boom de Pulp Fiction (y lo resolvió filmando Jackie Brown): “¿repito la misma fórmula o hago más o menos lo contrario?”.
En Alpha, Ducournau ha optado por la segunda vía, intentado jugar con el tiempo narrativo de una manera distinta a la empleada en su film previo. El resultado le ha salido confuso. No se entiende bien en qué época estamos en cada momento, obligándonos a estar pendiente de si la madre de Alpha (estupenda Golshifteh Farahani) lleva el pelo rizado o liso para ubicarnos temporalmente con el riesgo de que encajar mal una pieza del puzzle puede dar lugar a interpretaciones erróneas de acontecimientos posteriores de una historia cuyo giro final hace tiempo que dejó de ser sorprendente.
Añade Ducournau a Alpha unas gotas de cine fantástico, sustituyendo el SIDA por otra epidemia que solidifica los cuerpos, lo que le sirve tanto para enlazar esta con la leyenda del “viento rojo” como para no perder a la parroquia “freakie” con pretensiones. Y, de paso, evitar hacer en 2025 un drama de dos horas y cuarto con el sida como tema de fondo. Los maquillajes, excepto los de los personajes principales en la segunda secuencia, resultan sorprendentemente pobres en algunas secuencias.
Tiene, eso sí, a Tahar Rahim como el hermano de Alpha con un look alejado del habitual e idénticas calidades interpretativas, y a una joven Mélissa Boros que se echa sobre los hombros la casi totalidad de los planos.
Corazón de Tinieblas,de Rogério Nunes
El mismo día de la inauguración, también vimos una curiosa película de animación brasileña titulada Corazón de Tinieblas de Rogério Nunes, inspirada, lo adivinaron, en la obra de Conrad. La acción se sitúa en un futuro distópico, en un Río de Janeiro inundado y controlado por una policía militarizada que utiliza drones para pacificar / atacar las favelas. En uno de estas intervenciones contra los más pobres se pierde un comandante llamado Kurtz y otro agente es enviado a buscarlo.
La película sustituye los episodios clásicos del relato de Conrad por realidades actuales de la Cidade Maravillosa como las fiestas funk o el tráfico de drogas. Su problema principal es que se queda corta de presupuesto por lo que han reducido el número de frames animados por segundo quedando todo demasiado mecánico. Los personajes están diseñados con polígonos y, aunque se muevan por atractivos fondos, la sensación es algo robótica. Claro, que si Nunes hubiera esperado a tener más dinero, lo mismo Corazón de tinieblas no se habría rodado nunca.
The Home de James DeMonaco.
The Home de James DeMonaco es una de esas películas típicas de Sitges. Antes, la gente habría aullado de placer en su clímax; ahora, ya no tanto (¿por qué?). Una película que dialoga con la aplaudida aquí el año pasado (y recientemente deficientemente estrenada en salas) La ley de Jenny Pen de James Ashcroft y que responde a una pregunta importante: ¿cómo manejar una historia para que acabe con la masacre gore de muchos ancianos?.
El detonante de The home es simple y se plantea en cinco minutos, con aprendible economía narrativa. El grueso de su presupuesto se concentra en el clímax y hay bastante gore. Empero, The home se estanca en una reiteración de pesadillas para recordar al espectador que estamos ante una película de terror cuando el avance de la historia es demasiado lento, casi a cuentagotas…
… y la lluvia.
Por cierto, la fiesta de inauguración de Sitges 2025, habitualmente encantadora y tranquila, presentó este aspecto a los pocos minutos de empezar: