¿Qué es la identidad?

¿Qué es la identidad?

Ya desde la filosofía presocrática, numerosos pensadores pusieron en su punto de mira lo problemático de una existencia -en apariencia- siempre cambiante. Con la entrada de Sócrates en la historia de la Filosofía, la pregunta por la realidad no sólo atendió al mundo externo, sino que fue la propia identidad (el «incómodo y fastidioso yo» -como lo caracterizó Schopenhauer-) la que comenzó a ocupar un puesto prioritario.

Antes de iniciar la labor de cambiar el mundo, da tres vueltas por tu propia casa.

Proverbio chino

Herder presenta el último libro de Fernando Broncano, catedrático de Filosofía de la ciencia en la Universidad Carlos III de Madrid, cuyo objetivo es escapar de ciertos «mitos»: Sujetos en la niebla. Narrativas sobre la identidad. En esta obra se defiende -en palabras del autor- «que la identidad personal y la colectiva son y deben ser un fruto maduro de la agencia, de esa capacidad humana para resolver el problema de Hamlet mediante el recurso de ‘tomar una decisión’, transformarse a sí mismo, transformar los sujetos colectivos, en iniciadores de un nuevo orden causal, en ejercicios de posibilidad allí donde sólo había necesidad».

El autoconocimiento sólo puede nacer de la autosospecha que, a su vez, nade de la polifonía de voces y personas en la que se constituye la identidad como relato. Sólo entonces podremos empezar a construir relatos propios, que no sean versiones del mito del ángel caído esclavo del cuerpo social.

Fernando Broncano

Resolver «el problema de Hamlet», nada menos. Sin embargo, este ya apasionante comienzo (que tanto nos empuja a embarcarnos en la lectura del volumen) no nos transporta tan sólo a la tan usada pregunta sobre si vale la pena permanecer en la existencia o acaso es mejor desasirse de ella. En un atractivo vuelco, Broncano convierte el problema de la identidad -en principio de carácter ontológico, antropológico o metafísico- en un problema político, pues este examen de la identidad como un forjamiento del yo mismo a través de la acción genuina de cada individuo, a su juicio, nos conduce a cuestionarnos «por la autoridad, […] a cuestionar la autoridad cuestionando el autoconocimiento».

Ni siquiera un dios puede transformar en derrota la victoria de quien se ha vencido a sí mismo.

Budha

El interrogante, así, no es «¿quién soy yo?», sino más bien: «¿quién o qué me hace ser como de hecho creo que soy?». A lo largo de los siglos se ha ejercido una auténtica «violencia metafísica» en los relatos que tradicionalmente han articulado las respuestas más aceptadas sobre quiénes somos. Dos de estas historias suponen, en opinión del autor, un incómodo lastre en el empeño por el autoconocimiento: el mito de la caída y el mito del cuerpo místico, que caracteriza de la siguiente manera:

El primero habla de la identidad personal: de la condición personal como condición de ángel caído. El segundo, de la identidad colectiva: de la condición del individuo como «miembro» del cuerpo colectivo.

Sendos relatos, bajo su capa mítica -e incluso casi mística-, han confeccionado poco a poco, a lo largo de los siglos, el guión a partir del que nos interrogamos sobre nosotros mismos. Y es que, «cuántos movimientos sociales, cuántos movimientos filosóficos han devenido en ejercicio metafísico de uno de estos dos mitos: salvar al sujeto de su condición de barro y entregarlo a la comunidad a la que debería servir como ‘miembro'», se pregunta Fernando Broncano.

Transformamos el mundo no porque queramos que el mundo cumpla los deseos que ya teníamos, sino simplemente porque queremos ser. Y para ser queremos saber lo que hacemos y lo que deseamos. Queremos saber qué queremos ser. […] La historia humana configura las identidades construyendo objetos que transforman el mundo: máscaras, extensiones del cuerpo en una suerte de agencia protésica que usa la realidad para construir más realidad y la mente para reproducir más mentes. Las identidades son imaginadas porque antes son trozos de mundo donde se depositan los sueños.

Fernando Broncano

Como aseguraba en una de sus obras el escritor británico Salman Rushdie, «verdad es lo que la mayoría ve como verdad, pero la mayoría también puede cambiar de opinión a lo largo de la historia». Una frase problemática, de trasfondo hegeliano, más si cabe si la pensamos al hilo de la pregunta sobre nuestra identidad. A través de una aventura titánica (sólo hay que echar un vistazo al índice del libro), Fernando Broncano crea una brecha en nuestro yo por la que siquiera pueda pasar un hilo de luz que permita, al menos, cuestionarnos por la naturaleza de la salvaje oscuridad que encontramos al preguntarnos por nosotros mismos. Y es que, «al fin y al cabo -como asegura Eduardo Galeano-, somos lo que hacemos para cambiar lo que somos»…

Autor

Licenciado en Filosofía, Máster en Estudios Avanzados en Filosofía y Máster en Psicología del Trabajo y de las Organizaciones. Editor y periodista especializado. Twitter: @Aspirar_al_uno

3 comments

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *