NOCTURNA 2015, día 4

NOCTURNA 2015, día 4

Habiendo rebasado ya el ecuador del festival, ya se van haciendo apuestas de cuáles son las películas que pueden llevarse algún que otro galardón, y cuáles no queremos que lo hagan. Para quien esto escribe, las mejores películas proyectadas a competición han sido Lost after dark (Ian Kessner, 2014), The Midnight Swim (Sarah Adina Smith, 2014) y Exeter aka The Asylum (Marcus Nispel, 2015). Ojalá alguna de ellas se haga con alguno de los galardones.

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«Liza, the Fox-Fairy», de Károly Ujj Mészáros

La jornada cinéfila del jueves comenzaba en la sala 1 con la húngara Liza, the Fox-Fairy (Károly Ujj Mészáros, 2015), comedia en la que la Liza del título, cuidadora de la esposa del embajador de Japón y cuyo único amigo es imaginario, Tomy Tani, fantasma de un cantante de pop japonés de años 50. Tras cumplir 30 años, se verá envuelta en una serie de misteriosos asesinatos, hecho que hará que piense que es víctima de una maldición que la convierte en una fox-fairy, demonio del folklore japonés. No sé si debido al cansancio, a que era la hora de la siesta o porque no era mi día, pero a pesar de las carcajadas y aplausos que arrancó a un público absolutamente entregado, un servidor no consiguió acabar de entrar en la película, cuya impecable factura técnica e hilarante guion deberán ser motivo de una segunda revisión en la que espero disfrutarla como es debido.

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«Hellmouth», de John Geddes

A continuación, nos adentramos en la sala 2 para contemplar un ejemplo de ejercicio de cine pseudo-experimental. Hablo de Hellmouth (John Geddes, 2014), tercera película del realizador de Exit Humanity (ídem, 2011), cuyo guion firma Tony Burgess, autor de los libretos de Pontypool (Bruce McDonald, 2008) y Septic Man (Jesse Thomas Cook, 2013), entre otros. Lo bueno de la cinta, la cual funciona como homenaje a las producciones fantásticas de los años 50, es que sorprende en su apartado visual. Rodada ante un croma, podría ser una suerte de émula de Sin City (Frank Miller & Robert Rodríguez, 2005), el problema de un guion que hace aguas por doquier y unos personajes con los que no empatizamos, la convierten en algo más parecido a la fallida The Spirit (Frank Miller, 2008). Daba la sensación de que, sin llegar a durar una hora y media, la acción podría haberse extendido durante horas y horas, sin llegar a importarnos nada de lo que pasase.

Exeter 16

«Exeter», de Marcus Nispel

El broche final del día lo puso Exeter (Marcus Nispel, 2015), también conocida como The Asylum, y que se convierte, de momento, en la película más gamberra y cachonda del festival. Una película de posesiones al estilo de Night of the Demons (Kevin Tenney, 1988) en la que unos adolescentes descerebrados celebrarán una fiesta en un manicomio abandonado. Para más inri, deciden realizar un ritual que traerá con él una entidad maligna, que derivará en un festival de amputaciones, sangre, gritos y exorcismos realizados vía Internet. Risas y aplausos en una sesión que precedía a la esperada Headless (Arthur Cullipher, 2015), spin-off de Found (Scott Schrimer, 2012) que pretendía ser lo máximo en cuanto a ultragore, y que se convierte en una de las decepciones más grandes del año. Un pena…

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