Una imagen de la obra «Salvador», de Néstor Villazón
Salvador es una obra dramática, que cuenta cómo un maestro, debido a una enfermedad mental, es obligado a dejar el colegio en el que trabajaba. Es el sueño de un hombre para el sueño de todos. Basada en un hecho real, cercano y reciente, tres son los pilares sobre los que se sustenta: la familia, la educación y la soledad. Su protagonista es un ser anónimo, que no ha salido en medio alguno, pero que puede ser reflejo de muchos de nosotros.
En ella se describe la crónica de una muerte anunciada, de la mano de Acotador, que nos guiará por sus tres historias: la lucha de un padre por recuperar a sus hijos, la de una mujer junto a la sombra del amor y la de una escuela que ha decidido prescindir del mejor de sus profesores, debido a su enfermedad. Salvador es un proyecto que nace de un conflicto particular para el análisis colectivo de nuestra sociedad.
Todo partió de un encargo como homenaje a este ser anónimo, que termina siendo un homenaje a la figura del maestro. El otro protagonista de esta aventura —el superviviente, quien me habló de este proyecto, a quien aquí omito— es un ejemplo de valentía. Para mí queda, en el primer cajón de mi escritorio, un escrito que me regaló una vez terminada mi parte en el asunto, que es el mayor regalo que me han hecho en vida. Un viaje, este, demasiado bello. Honestamente, he hecho lo que he podido, al igual que el resto de la compañía. Este es su homenaje.
Título: Salvador / Texto: Néstor Villazón / Dirección: Rafael Boeta / Intérpretes: Benito Jiménez, Inma Jerez, Jose Tornadijo, Fran Bueno, Ferrán Aris y Vanessa Vega / Escenografía y vestuario: Mónica Florensa / Produce: Compañía Digo El de la gloria / Espacio:
Teatro Lagrada Madrid (viernes y sábados a las 21:00 h; domingos a las 20:30 h)