La cabina del Círculo de Bellas Artes de Madrid

La cabina del Círculo de Bellas Artes de Madrid

Los débiles rayos de sol atravesaban el cristal de la cabina telefónica y se reflejaban en el rostro de tu amiga.

Tenía que llamar a una compañera para que le llevara unos apuntes a clase al día siguiente. Estudiaba en la Complutense y os habías conocido tras la charla que diste en su Facultad sobre el clásico debate de la existencia de Dios. El problema es que los dos habíais olvidado el móvil en casa. ¿Me vas a besar alguna vez?, te preguntó todavía con el auricular en la mano. Y añadió: Llevamos saliendo más de un mes y no hay manera de que te acerques a mí; te advierto que no te voy a pegar ninguna enfermedad. Ya sabes que soy tímido con las mujeres, te limitaste a decir esbozando una sonrisa. Ella sonrió también y volvió a marcar el número por segunda vez, pero de nuevo sin éxito. De pronto la cabina se puso a dar vueltas, a subir y a bajar, a deslizarse por la suave pendiente de la calle. Os cogisteis de la mano y no os soltasteis hasta la altura de la Puerta de Alcalá.

Mírala…, dijo ella. Cómo quieres que la mire si estoy mareado, dijiste tú.

Ibas a besarla por fin cuando sonó el teléfono.

Nota: Este narrador desconoce si al final se besaron o no. Porque, claro, yo no soy Justo Sotelo, que era el que estaba en la cabina.

Autor

Novelista y catedrático de Política Económica, es profesor en los prestigiosos ICADE (Universidad Pontificia de Comillas) y CUNEF (Universidad Complutense de Madrid). Licenciado y doctor en Teoría de la Literatura y Literatura Comparada y máster en Estudios Literarios y en Literatura Española. Ha escrito varios libros de economía y decenas de artículos, así como cinco novelas (La muerte lenta”, 1995, “Vivir es ver pasar”, 1997, “La paz de febrero”, 2006, “Entrevías mon amour”, 2009 y “Las mentiras inexactas”, 2012), sendos ensayos sobre los escritores Manuel Rico, 2012, y Haruki Murakami, 2013, y un libro de microrrelatos, los "Cuentos de los viernes", 2015. En la actualidad está escribiendo un segundo libro de microrrelatos: "Cuentos de los otros" y una nueva novela.

3 comments

  • Un relato con un narrador implícito que solo se descubre a través de los movimientos de una cámara combinado con la voz en off, reconstruido en la narración por el lector; en realidad no es fidedigno de lo que cuenta, ya que se sospecha que no cuenta la versión verdadera de la historia o realmente no la sabe o no la conoce. El narrador cuenta el relato en tercera persona y no participa en la historia que narra siendo externo a la trama, por tanto sería un narrador extradiegético-heterodiegético. El discurso de la trama es directo narrativizado, con verbos introductorios y de contexto, sin utilizar indicativos ni guiones ni comillas al intervenir los personajes o el narrador. Él y ella personajes de esta historia se deslizan por el túnel del espacio-tiempo y van rodando en una cabina telefónica para alcanzar en breves instantes un salto al futuro dando de esa forma, credibilidad y verosimilitud a la historia; la magia y el encanto se dibujan por los mismos escenarios que el autor utiliza en todas y cada una sus cinco novelas (la Puerta de Alcalá, el Círculo de Bellas Artes, la Universidad Complutense de Madrid, la Facultad) a través de una autoridad testimonial de los hechos.

    Justo Sotelo utiliza un sistema emocional de sus personajes deslizando así, la timidez del personaje masculino mientras el femenino expresa ilusión y sorpresa con una simple sonrisa. El mundo ficcional del autor traspasa de lo real y verosímil a lo inverosímil desde que una cabina telefónica, “da vueltas y sube y baja” y al final antes del beso, suena un teléfono..…Tal vez estos saltos sean similares a los pasadizos de Cortázar, para ir de unas instancias a otros, arrancando de lo fantástico y enigmático al igual que ocurre en el mundo ficcional de las obras de Murakami. Existe por tanto, una dualidad de dos mundos, uno real y otro fantástico, visto desde fuera por un narrador que se sirve de un pasadizo literario y se aproxima a un mundo paralelo y ficticio para inducir al lector en una fantasía.

    El amor no tiene fronteras en lo real y lo ficcional así como la charla sobre el tema de Dios es el estado inicial desde donde parte la trama. El lector al final de su lectura reconstruye la historia y se imagina un desenlace, tal vez, un beso dentro de la cabina rodando por la calle Alcalá; presagia por inferencias un posible o varios posibles finales de la historia; tal vez cada lector diseñe en su mente uno o varios diferentes con matices dependiendo de su competencia lingüística, su creatividad e imaginación.

    Un diez para este relato, realmente espléndido en su diseño y en el lenguaje de la textualidad. TE ADMIRO mucho, Justo! Eres el autor de la ficción por excelencia donde el amor siempre se dibuja en el rostro humano. Un beso. 

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  • reflejos encriptados
    en ciertos besos
    materializado o no

    tiempos esculpidos
    en las memorias
    de ciertos días

    besos tras ciertos
    muros
    internos y externos

    juventud esculpida
    a fuego lento
    con los días

    el beso

    Roranna-120816-8h.

    (tras la tapia del colegio-convento…)

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