En la edición de 2010 del Festival de Sitges me senté junto a Gaspar Noé durante la entrega de premios. El director argentino afincado en Francia había presentado Enter the void (2009) y le hice algunas preguntas sobre su película antes de que comenzara la ceremonia. La presencia en el Auditori de Pilar Rubio desvió la conversación hacia terrenos más cercanos a la charla de bar que a la cinéfila.
Este año, según acaba de anunciar Àngel Sala, el director de Irreversible (2002) estará llenando la misma sala de los fluidos corporales de los actores que aparecen en su porno de autor en 3D titulado Amor (sí, ha tenido el atrevimiento de llamarla igual que la de Haneke)
Pero no será el único. Muchos fluidos corporales, aunque en esta ocasión de color rojo, serán los que viertan los actores de Green Room de Jeremy Saulnier que ya nos impactó en el Festival D´Autor del año 2014 con Blue Ruin. Se trata de una peli ultraviolenta que cuenta una sangrienta batalla entre una banda punk y una de skinheads.
Tampoco se quedarán cortos matando y amputando Takashi Miike (Yakuza Apocalypse: The Great War of the Underworld), Sion Sono (Love & Peace) los hermanos Goetz (firmando un remake de Martyrs -2008-) o Jason Lei Howden (Deathgasm). El que parece que ha moderado (lástima) su gusto por el exceso es Yoshihiro Nishimura que en The Ninja War of Torakage se aleja del gore de anteriores cintas como Tokyo Gore Police (2008) o Vampire Girl vs Frankenstein Girl (2009).
Aunque una reordenación de las diferentes secciones del festival ha hecho que éste recorte el número de títulos proyectados (tranquilos, seguirá siendo imposible verlos todos) llevándose por delante la sección Focus Asia, no faltarán películas de este continente trasversalmente dispuestas en diferentes apartados. Así veremos The Taking of Tiger Mountain, de Tsui Hark, una coproducción entre China y Hong Kong de temática bélica, y SPL 2: A Time for Consequences, dirigida por Pou-Soi Cheang, proveniente de Hong Kong
Un par de películas de temática religiosa vendrán a calmar nuestro espíritu y zarandear nuestra alma. En Last Days in the Desert, Rodrigo García (el hijo de García Márquez, no el director de escena) convierte a Ewan McGregor en Jesucristo y le pone a resistir tentaciones en el desierto; Jaco Van Dormael, por su parte, convierte a Dios en un padre de familia odiado por los suyos en la polémica Le tout noveau testament.
Otros títulos a priori interesantes son Strangerland, de Kim Farrant, drama de tonos fantásticos al estilo del cine australiano de los 70, protagonizado por Nicole Kidman; Partisan, de Ariel Kleiman, una distopía de contornos apocalípticos con Vincent Cassel o Slow West, de John McLean, un western surrealista y fantasmagórico interpretado por Michael Fassbender.
En Noves Visions (que este año carece de subdivisiones) veremos el mockumentary The Visit, de Michael Madsen; H. de Rania Attieh y Daniel García, una obra poética y visualmente impactante de ciencia ficción que triunfó a Sundance y Berlín; la radical producción coreana Coin Locker Girl, de Jun-hee Hano; el regreso de clásicos del cine de autor más arriesgado como Michael Almereyda y su peculiar Experimenter, protagonizado por Winona Ryder; Angelica de Mitchell Lichtenstein, cuento sobrenatural con broche femenino del director de Teeth (sí aquella película de la vagina con dientes); niños zombies contra Elijah Wood en Cooties, o el Schwarzenegger más dramático en Maggie.
En cuanto a los documentales, Brigadoon proyectará Jirón, centrado en el realizador mexicano Carlos Enrique Taboada, opera prima de Christian Cueva. El documental irá acompañado de una retrospectiva a Taboada con los films Veneno para las hadas (1984) y Más negro que la noche (1975), entre otras. La mítica actriz Me Me Lai, protagonista de varios títulos de la corriente de films italianos sobre caníbales presentará Eaten Alive! The Rise and Fall of the Italian Cannibal Film, dirigido por Calum Waddell.
Por lo que se refiere a la producción catalana, el Festival presentará Segon origen, de Carles Porta; El cadáver de Anna Fritz de Hèctor Hernández Vicens; Vulcania, de José Skaf; Summer Camp, de Alberto Marini.
Muchos hubiéramos apostado por esta última para abrir el festival, pero, al contrario que otros años, la incógnita se mantiene.
Seguiremos dejándonos fluir.